27.10.08

FERTEX

Capitulo 1
“Vivir es lo más raro de este mundo, pues la mayor parte de los hombres no hacemos otra cosa que existir.” Oscar Wilde

Carlos llegaba fatigado a los límites de su casa alquilada en Es Pujol, Formentera
Se había propuesto que durante su estancia de quince días aprovecharía para cada día para hacer deporte. Su deporte consistiría en una hora de foting, para luego ejecutar una tabla de estiramientos y abdominales. Era el tercer día disfrutando del relax que le proporcionaba la paradisíaca isla, cuando se dirigía andando ya hacia su casa para disfrutar de una merecida ducha. Mientras cruzaba el porche parking de la casa se dio cuenta de que alguien le había dejado un mensaje en un post-it en el parabrisas de su Volkswagen Tuareg. Carlos leyó ese extraño mensaje escrito:“Mira hoy desde el acantilado la puesta de sol, es importante...”
-Que debía significar este mensaje- pensó Carlos
Bueno como el acantilado estaba relativamente cerca, la curiosidad le venció y decidió dirigirse hacia allá, porque si no iba, siempre le quedaría la intriga del significado de esa nota”.
Era evidente que la nota, la había colocado alguien mientras el coche había estado aparcado, porque de lo contrario Carlos se hubiese dado cuenta.
Se lo tomó como un plus del foting diario. Pensaba acelerar progresivamente para en los últimos cien metros esprintar al máximo.Llegó a la cima extasiado, correr por esos caminos empedrados con esas altas temperaturas no es que sea algo muy recomendable. Carlos ya no tenía veinte años.La vista era impresionante, y eso ya le justificaba el haber dado ese rodeo.El sol se estaba poniendo pero todavía faltaría una media hora para la “puesta”.Carlos decidió esperar diez minutos, contemplando el impresionante ocaso del sol, y regresaría. Por entonces su frecuencia cardiaca ya estaría próxima a sus constantes normales en situación de reposo, eso eran entre setenta y setenta y cinco pulsaciones por minuto."¿Qué debería querer decir ese mensaje? , y quién lo debería haber puesto. Y ¿Quién sabía que estaba en la isla? Esas eran las preguntas que le rondaban a Carlos por la cabeza.En fin. Que ya había pasa un cuarto de hora y Carlos se disponía a marchar. “Pero ¡que bonito era todo aquello! Esperaría diez minutos más. Ese silencio, esa luz, ese mar.- pensó Carlos ya relajado.Cuando de repente el mar empezó a “hervir”. A unos cincuenta metros de la pared del acantilado, se distinguían unas burbujas de aire que cada vez más se hacían más grandes!
!Que coño era eso!. – Pensaba Carlos mientras observaba que del mar iba apareciendo una estructura blanca con ventanas cuadradas selladas, tipo aviación. Era una estructura metálica blanca. Ya se veía claramente la silueta. Era un hibrido sumamente extraño, a medio camino entre un moderno yate y un submarino. Imponente. Se vislumbraban hasta tres hileras de ventanas de avión. Carlos interpretaba que cada fila de ventanas debía ser un piso. Luego aparecía la cubierta, una plataforma totalmente plana y blanca. De veras que impresionaba.
Carlos se quedo perplejo sin saber que hacer cuando se percató de que se abría una compuerta.




Capitulo 2

“Piensa que cada día puede ser el último” Horacio Flaco

En pocos segundos se abrió completamente la compuerta, que debería ser la principal y empezaron a salir marineros de blanco impoluto. Carlos contó hasta siete marineros, y formaron en línea recta. Llevaban lo que parecía un fusil colgando de la espalda.Se colocaron ordenadamente como si de una maniobra militar se tratara. Cuando salió otro miembro de la tripulación con una foco de señales. Daba la impresión de que todos estuvieran mirando a Carlos. Carlos se giró convencido que el no era el objeto de todo ese espectáculo.
El marinero del foco de señales empezó a emitir señales luminosas blancas.
Estaba enviando señales en código Morse. “Al fin algo de provecho podía sacar del Servicio militar hecho en Cartagena…” pensó Carlos.
Los marineros hicieron un movimiento con los brazo y en pocos segundos, estaban apuntando a Carlos con los fusiles.
En aquel momento Carlos se daba cuenta de que eso, lo que fuese, no era una broma.
Las pulsaciones se le empezaban a acelerar.
“N-O –S-E –M-U-E-V-A –L-E-E-S-T-A-M-O-S-A-P-U-N-T-A-N-D-O”.
Carlos no entendía nada. Había cumplido el servicio militar en marina, en el cuartel de Cartagena. Y una de las cosas que aprendió durante esos quince meses fue aprender el lenguaje MORSE.
No podía ser un mensaje para él, no tenía sentido. Pero por otro lado allí no había nadie más.
Esto no –pensaba Carlos mientras discretamente y muy despacio iba retrocediendo sin darle la espalda al submarino. Entonces otros destellos de Morse:
N-O –S-E- M-U-E-V-A –C-A-R-L-O-S
-¡Me cago en la leche!- exclamó CarlosYa no había duda. Ahora si que estaba convencido que el mensaje iba dirigido a él. Debía de salir de allí como fuese.Presa del pánico, estudió las opciones que tenía, y francamente no eran muchas. No tenía donde esconderse porque la cima del acantilado era una zona agreste que carecía de árboles y de rocas grandes. La única opción razonable era tirarse al suelo. Desde el submarino no tenían el suficiente ángulo de visión. Reptaría hacia atrás durante unos treinta metros. No había opción pensó aterrorizado Carlos. Solo así se salvaría. Pero la pregunta era: ¿de quién?
Entonces se tiró. Ya no veía el submarino.
Esperó lo que debieron ser cinco largos minutos.
Se giró y empezó a “reptar”, hasta que notó un fuerte impacto en mi espalda. Instintivamente se pasó la mano en la espalda, y fue cuando se dio cuenta de lo que pasaba. Se vio la mano ensangrentada. Le habían disparado. Sorprendentemente no le producía dolor, todo lo contrario se estaba relajando. Cada vez veía más borroso, y le costaba moverme, no es que le costara es que no podía.
“pues morir no duele tanto”- pensó Carlos cínicamente
Se dormía pero lo percibía de una manera placentera.
Solo quería cerrar los ojos y dormirse….



Capitulo 3

“Maestro, quisiera saber cómo viven los peces en el mar. Como los hombres en la tierra : los grandes se comen a los pequeños” William Shakespeare

Carlos se despertó con un fuerte dolor de cabeza, sin saber donde se encontraba.
Intentaba recapitular en su mente, pero no solo se acordaba de la mano ensangrentada.
“Así que esto es el cielo…”.- pensó Carlos por unos instantes que estaba en el cielo…pero eso luego lo descartó.
Estaba estirado en una camilla o similar, pero no se podía mover. ¡Estaba atado!Aquella sala parecía un quirófano. Carlos se dio cuenta que tenía un “gota a gota” conectado al brazo.Era una sala blanca con una lámpara con un potente halo de luz blanca.Intentaba recordar…Formentera, el mensaje, el acantilado, la mano...Carlos ya no se acordaba de nada más.Seguro que ha sido un malentendido. Pero sea lo que sea en breve se aclarará…-pensó Carlos
Entonces se abrió una puerta y entro una chica rubia con bata blanca de enfermera.-Buenas tardes señor Belmonte, no me haga preguntas porque no le voy a responder. Es usted un invitado…. No estoy autorizada a darle ninguna explicación… En breve le visitará el médico- dijo la enfermera a Carlos en un correcto castellano pero con entonación extranjera. Probablemente a Alemana o de los países del Este...- ¡Me gustaría saber que coño estoy haciendo aquí ¡ ¡Quiero que me digan YA! que coño estoy haciendo yo aquí, les exijo que me suelten inmediatamente! – gritó Carlos a la enfermera intentando liberarse de las correas que le sujetaban las muñecas.La chica ni contestó. Observo el nivel del “gotero”, y anotó algo en una carpeta roja. Se giró dándole la espalda a Carlos y salió de la habitación.¿Qué era todo aquello? ¿Qué querían de mi ¿ ¿Cómo sabían mi nombre?- no paraba de preguntarse Carlos.Tenía una mala premonición. Todo aquello era demasiado enrevesado, para ser fruto de un “malentendido”. Estaba convencido de que le conocían, sabían quien era, le habían llamado Belmonte..Al cabo de un rato, le volvió a entrar el sueño. “me deben estar drogando” pensó Carlos.
Se despertó con una sensación rara- ¡Alguien estaba hurgándole en la boca!Pensaba que aquel hombre debía de ser un dentista o algo así, porque le habían colocado un tubo de plástico curvado que le aspiraba la saliva.
Carlos intentó chequearse mentalmente porque seguía inmovilizado no podía mover los brazos, ni tan siquiera podía mover la cabeza, le habían fijado un aro metálico en la frente para inmovilizarle la cabeza.. Intentaba hablar pero tampoco podía, ni tan siquiera mover la boca.
Vaya marrón. Como me puedo haber metido en este lío.- pensaba
Carlos se sentía cansado y se daba cuenta de que volvía a tener sueño. Se durmió otra vez..










Cuando Carlos se volvió a despertar vio al dentista que le miraba sonriendo
-Hola, mi nombre es Curt y debo de explicarle que mi trabajo… ¿Cómo se lo diría para que usted lo pudiera entender bien…podríamos decir que soy un asesino profesional- dijo el “doctor” en un tono sarcástico-
-Ah! y también un odontólogo aficionado...usted personalmente se dará cuenta de lo aficionado que soy. Mi especialidad es la gestión del dolor.
Carlos se asustó. Se dio cuenta de que estaba en auténtico peligro. Le vino a la memoria el submarino y los tripulantes apuntándole.-¿Me van a matar?- preguntó Carlos aterrorizado-Probablemente. Dependerá de la información que nos pueda dar.-¿Qué quieren de mí?- pregunto Carlos
-Ya lo sabe, pero le hago memoria- Queremos la formula de su, como lo podemos llamar... su invento!-



































Capitulo 4

“Vive de manera que puedas mirar fijamente a los ojos de cualquiera y mandarlo al diablo”. Henry-Louis Mencken

Carlos sabía ya lo que buscabanAhora empezaba a entender... hacía un mes que patentó un compuesto químico revolucionario que ingerido vía oral y pasados unos 20 minutos aproximadamente, se desarrollaban unos mecanismos en el cerebelo (feromonas), que ante la exposición de una marca, o producto o imagen “x” durante unos treinta segundos, provocaba un deseo desenfrenado de consumir o comprar algo de esa marca.Los efectos de ese compuesto, es decir el deseo desenfrenado duraba unas dos horas. A la persona que ingería ese compuesto, se le producía la reacción que sin darse cuenta de una manera consciente, le generaba ese deseo incontrolado.
Estaba en fase todavía experimental. Y no sabía si provocaría efectos secundarios, pero parecía que no.Carlos debería de ser muy cauto porque era consciente que ese compuesto podía generar mucha polémica. Ese producto podía ir en contra de la “ética” del marketing.Sin embargo, no existía legislación en ese campo, por lo que, si se desarrollaba “en secreto” sería prácticamente imposible controlar y prohibirlo... y las ventajas eran tan obvias, en un mundo en que las diferencias entre los productos eran cada vez menores. ¡Una auténtica bomba!Estaba convencido que sería una revolución en el mundo empresarial. Pero todavía estaba en estado “embrionario.”
Carlos decidió llamar a ese producto FERTEX.
No sabía explicar el porqué de ese nombre. Pero como estaba relacionado con las feromonas y con la tecnología, aunque de tecnología tenía poca, encontraba el nombre apropiado. Le gustaba más que Fertec, que le recordaba a un fertilizante.
Pudo registrar FERTEX como compuesto vitamínico, sin especificar sus componentes, a falta de los informes para registrar el producto para consumo en el departamento de Sanidad. Pero eso sería en el último momento, si quisiera comercializarlo.
De momento, no se quería exponer a que le copiaran la formula de FERTEX, por lo que prefería no registrarlo en sanidad hasta estar totalmente convencido de que no era un producto nocivo ni peligroso. Lo debería estudiar bien porque si lo presentaba como producto “generador” de deseo a buen seguro que se lo prohibirían.
Necesitaba el apoyo de gente suficientemente influyente para ayudarle a desarrollarlo. Pero se le escapaba el como hacerlo sin la ayuda de alguien realmente poderoso e influyente.
Podía plantearlo como una asociación o colaboración con alguien que tuviera suficiente potencial.











Capitulo 5

“A veces creo que hay vida en otros planetas, y a veces creo que no. En cualquiera de los dos casos la conclusión es asombrosa” Carl Sagan

El día que presentaba FERTEX el catorce de junio de 2007, hacía un intenso calor ya de verano.
Para Carlos era el día más importante de su vida. Había conseguido reunir para presentar su producto a las personas más ricas del planeta. No sabía si los llegaría a convencer, pero el hecho de reunir a esos personajes ya era de por sí un total éxito.
Probablemente no había Presidente de gobierno, a excepción de Bush, que consiguiera coordinar en una comida a esas tres personas.
Esos “pajarracos” eran Bill Gates, creo que no requiere presentación, Warren Buffet, especulador americano y especialista en inversiones en bolsa y Carlos Slim, el magnate de las telecomunicaciones mejicanas.
El lugar que eligió Carlos fue el Circulo del Liceo. La presentación estaba prevista a la una del mediodía con una duración estimada de una hora para pasar a las dos a la comida.

Carlos había contratado el servicio de azafatas del propio Liceo. Confiando en la vital discreción que requería un evento como ese.

Los invitados llegaron de incógnito. Warren y Gates cinco minutos antes de la una, y Slim cinco minutos después. Todos llevaban seguridad.
Se presentaron todos y nos sentamos en el salón del Círculo del Liceo. Sin más preámbulos Carlos procedía a explicarles en que consistía su idea.
“El señor Gates ya sabe en que consiste a grandes rasgos el producto..El señor Buffet y Slim, supongo que el Sr. Gates les debe haber explicado algo porque es obvio su interés y su presencia en esta reunión.- comenzaba a explicar Carlos levantándose.
Los contertulios le pidieron a Carlos que les tuteara, hecho que Carlos agradeció, porque generaba un ambiente más cordial dentro de lo posible claro.
“Estamos ante lo que puede ser la revolución de la futura comunicación. Significa la manipulación controlada de los deseos de los consumidores. Eso hace que FERTEX sea un producto tan excepcional como peligroso. Imaginaros un producto que pueda influir en la decisión de compra o de consumo de la gente que está expuesta. Las posibilidades son ilimitadas en todos los campos, desde la política hasta el consumo de cualquier producto, es por ello que es de vital importancia la discreción y el desarrollo “controlado” de FERTEX…”
Estaba claro que estaba generando expectación e interés ante esa reducida pero selectiva audiencia. Carlos se imaginaba a los tres magnates imaginándose como se podían hacer todavía más poderosos. Lo alucinante es pensar que impulsaba a aquellas tres personas a querer más dinero o más poder.
La explicación es que ese tipo de personas nunca tienen bastante. Ya no es un tema del dinero que necesitan sino que deben entrar en el espiral del nunca es suficiente y siempre querer más. Porque lo que es evidente que ninguno de los tres va a tener tiempo suficiente de disfrutar ni una milésima de las fortunas que tienen.
Se trata de la enfermedad de la ambición del poder.





Carlos acabó en la hora que había previsto. Contestó a varias preguntas sobre la facilidad de fabricación de FERTEX, y sobre sus posibilidades de comercialización.
Fue una exposición brillante. Conceptual pero brillante. Sin herramientas de power point, sin gráficos, ni imágenes. Solo su voz modulada inteligentemente. Y su convencimiento sobre las posibilidades de FERTEX era lo que convencía. Porque lo vivía por dentro. Era su gran proyecto.
Pero la pregunta clave fue cuando Buffet le preguntó que era lo que pretendía Carlos de ellos.
-¿Nos quieres vender FERTEX, o una financiación para el proyecto, una exclusiva?
- Quiero que nos asociemos para desarrollar FERTEX. Evidentemente necesitaré algo de apoyo financiero.- les comento Carlos
La comida fue muy agradable, bajo el entorno de los fantásticos cuadros de Casas. Carlos se sorprendió que sus invitados eran personas “normales”.
Se preocupaban de temas banales. Sorprendentemente parecía que tuvieran hasta escrúpulos.
Los temas tratados fueron varios, desde las últimas reuniones que habían tenido hasta el intento de convencer a Slim de incorporarse a la ONG de Gates.
Carlos se enteró de que habían llegado a Barcelona con total discreción. Estaban alojados en el Falcón Maltés. El velero privado más lujoso y caro del mundo. Y lo sorprendente es que no era de ellos. Era de un amigo de Gates llamado TOM Perkins, y que se había enriquecido sorprendentemente con Google, actualmente la competencia más feroz y peligrosa de Microsoft.
Carlos tendría oportunidad de conocer el velero porque lo habían invitado a cenar por la noche.
Preferían dormir en el megayate, para no dejar rastro de su presencia. Su nombre inscrito en cualquier Hotel de Barcelona, hubiera hecho saltar todas las alarmas. Y la prensa empezaría a especular que hacían Gates, Slim y Buffet los mismos días en la ciudad condal.
Se despidieron sobre las cinco de la tarde, quedando en verse por la noche para cenar en el Falcón Maltés.
Carlos Belmonte no cabía en si de gozo. Había superado la primera prueba: conseguir captar la atención de los tres tenores de la economía mundial. No se habían comprometido para apoyarle, pero les había gustado FERTEX. Además le habían invitado a cenar en el Falcón Maltes.
Cuando llegó a casa, Carlos todavía temblaba, apretaba los puños y gritaba ¡Si!, ¡Si!
Intentó estirarse en su cama para dormir un poco, tenía tres horas para descansar, pero era totalmente imposible. Se dirigió a su ordenador y busco en Google “Falcón Maltés yate”.
Se quedó de piedra al ver las características y fotos de ese barco. Era alucinante.
Había costado más de cien millones de dólares. En todo el barco se encontraban referencias del halcón negro.









Era probablemente el velero más lujoso del mundo. Con ochenta y ocho metros de eslora, tres mástiles con rotación independiente, dos mil cuatrocientos metros cuadrados en velas. El sistema de navegación totalmente computerizado permitía ser pilotado por una sola persona. En tan solo seis minutos era capaz de desarrollar todo el velamen.
Incluso en uno de los salones había una réplica de un Bugatti modelo del 1935, encima de una mesa que cuando se utilizaba la mesa, se escondía en su interior.
Carlos apagó el ordenador. Se tomó una buena ducha. Se vistió de una manera más informal cogió un pequeño frasco donde guardaba unos polvos de Fertex y se fue en moto hacia el puerto.
Cuando accedió a la pasarela del Falcón Maltés tuvo de pasar un control de seguridad con scanner.
Desde luego el barco era realmente impresionante. Un marinero le hizo pasar a un salón de cubierta Le sirvieron una cerveza fría cuando se presentaron sus anfitriones.
Después de saludarse, y con un Bourbon en la mano. Bill Gates se dirigía a Carlos,
-Bien Carlos, ¿has traído un poco de Fertex, para el experimento?- preguntó Gates
-Por supuesto, Bill – Dijo Carlos sacando el frasco de Fertex del bolsillo de su americana.
Durante la comida en el Circulo del Liceo habían quedado en hacer una prueba del Fertex.
Slim se había comprometido a ser el conejillo de indias de Fertex con una prueba relativamente fácil. Desde pequeño había odiado el apio. Pero se tomaría el Fertex y se expondría a unas fotografías de Apio.
Antes de la cena. Evidentemente el chef del Falcón tendría preparado el aperitivo con apio.
Después de ingerir un poco de Fertex, Carlos Slim visionó unas imágenes de Apio, tanto crudo como en ensaladas durante cinco minutos en el salón de video.
Parecía que Slim se lo tomaban a broma. Gates y Buffet Comentaban lo que reirían si le prohibían a Slim comer apio, tendría que ir como un loco por las calles de Barcelona en busca de apio!.
La verdad era que la situación era de lo más graciosas. Una de las principales fortunas mendigando por un puñado de apio.
El hecho fue que cuando se sentaron en la mesa, Slim comentó que realmente tenía unas ganas desenfrenadas de comer apio.
Buffet y Gates se tronchaban de risa. No se lo podían creer. Pero también creían que Slim le ponía algo de teatro. Carlos Belmonte sabía que no era nada de teatro.
Cuando sirvieron en la mesa los platos con el apio, Slim se lo devoró acabándose toda la tapa de apio.
Buffet y Gates no daban crédito. Pero en aquel momento se Gates se puso serio. Miró a los demás con cara de preocupación.
-“Chicos. Sabéis que puede significar estar en poder de ese producto”.- Les preguntaba Gates
-“Bueno. Que aparte de ser mucho más poderosos, cambiaran los hábitos de muchas personas. Tenemos que invertir en plantaciones de apio. Los narcotraficantes comercializarán el apio, no el opio” – comentaba Buffet todavía riendo.





-Creo que el tema es importante. Lo suficiente para no dejarlo en manos de desaprensivos. Ahora bien, este producto bien administrado y controlado puede tener muchas posibilidades- Dijo Carlos Belmonte
-Todavía deberías evolucionar más el producto. Creo que nos deberíamos reunir dentro de cuatro meses. Después del verano cuando tengas tu producto más a punto. Nosotros ya pensaremos en la comercialización. Eso sí, debemos establecer un pacto de silencio.-Proponía Gates.
Todos estuvieron de acuerdo en ese punto. Y más que eso cuando se despedían lo hacían como si fueran amigos de toda la vida con Carlos Belmonte, dándole los números de móvil, algo que deberían hacer con muy pocos.
Después de ese intenso día de Junio. Carlos Belmonte decidió tomarse una escapada veraniega de quince días en Formentera para desconectar de la terrible presión de la que había estado sometido...Era evidente que les interesaba Fertex































Capitulo 6

“La vida es dulce o amarga; es corta o larga. ¿Qué importa? El que la goza la halla corta, y el que la sufre la halla larga.” Ramón de Campo amor

Carlos Belmonte volvió a la realidad. Estirado en una camilla inmovilizado y con muchas posibilidades de no sobrevivir.
-¿Quiénes son?- le preguntó Carlos al tal Curt intentando moverse algo.-No me pagan para explicárselo, pero me pagan una fortuna por hacer mi trabajo, pero lo bueno para mí de todo esto es que si lo mato me pagan igual - dijo Curt con cierta sorna.- ! Déjenme salir de aquí... les explicaré lo que quieran! – Intente rogarle presa del pánico- ¿Sabe una cosa?. Mi padre era dentista, y me enseño todo lo que se puede hacer para hacer el máximo dolor con las mínimas secuelas...- Hijo de puta....
Le cogieron la cabeza y le volvieron a fijar la frente con el aro metálico.No podía luchar, aunque lo intentaba. Entonces se dio cuenta de que realmente estaba perdido. Intentaba morderles pero le inyectaron algo que le empezaba a calmar hasta que se dormía...
Cuando Carlos despertó tenía la boca abierta totalmente por unos separadores metálicos. Y le colocaron ese tubo aspirador dejándole la sensación de que le iba a dejar sin saliva...-Hola otra vez. Ya sé que no puedes hablar. Pero déjame explicarte…– decía Curt-
-Ahora voy a proceder a la extracción de dos muelas, poco a poco, sin dormirte y con la broca más gruesa hasta alcanzar al nervio, Esto te producirá como ya te puede imaginar , un dolor intenso, bueno más que intenso yo diría que insoportable. Es probable que me pidas incluso que te mate para no tener de soportar el dolor...“Jooooooder. Odiaba a los dentistas!!”- pensó Carlos, que no podía hablar- no aguantaré...“No sé preocupe por las muelas – continuaba hablando Curt - hoy en día, con el tiempo le pueden hacer un implante, pero lo peor será que tus nervios quedarán desprotegidos y como no te pienso dar medicación… en fin, que me duele a mi hasta de pensarlo.Carlos lloraba de impotencia y de rabia. Lloró como pocas veces había llorado.
Odiaba el dolor y a los dentistas nunca los había soportado...En aquel momento Carlos empezó a oír ese sonido tan característico de la broca. Entonces oyó como la broca eléctrica se ponía en marcha y empezaba a limar la muela.Curt se colocó una mascarilla y unas gafas transparentes para impedir que la sangre o la saliva le alcanzaran la cara.Carlos estaba aterrorizado. A través de las gafas se reflejaba su boca... Dios!...no... Que vuelve a la carga!.“Dios, si existes dime que esto es una pesadilla y que ahora voy a despertar!!” – pensó aterrado.






Cambió la broca del motor. Sonaba más grave, con un sonido menos estridente pero con más vibraciones, Suponía que era la broca que más deprisa erosionaba la pieza.-Jodeeer! Que daño!! No lo aguanto.......-pensaba Carlos abriendo tanto los ojos que parecían que se iban a salir de sus orbitas.
Abría la mano con todas sus fuerzas y se convulsionaba aunque estuviera fuertemente atado...Carlos perdió la consciencia y se desmayó.









































Capitulo 7

“!Ay que larga es esta vida! ¡Qué duros estos destierros! ¡Ésta cárcel, estos hierros en que el alma está metida!. Sólo esperar la salida me causa dolor tan fiero, que muero porque no muero.” Santa Teresa de Jesús

Se despertó dolorido. La sala estaba a oscuras y en silencio.Ahora ya no tenía el “inmovilizador” de cráneo porque podía mover la cabeza, no excesivamente pero lo suficiente para mirar a ambos lados, aunque la oscuridad no me permitía ver prácticamente nada. Apenas el hilillo de luz alrededor de la puerta y de una ventana. Por el otro lado, una pequeña luz roja intermitente. Debía tratarse de alguna alarma o algo así, pensó Carlos.A Carlos le daba la impresión que llevaba mucho tiempo en esa camilla e intuía que estaría más tiempo.No tenía ni idea de lo que le había hecho ese carnicero, pero con la lengua Carlos se cercioraba de que tuviera todavía dientes y muelas. Y aunque las notaba rasposas, le dio la impresión que las conservaba todas.Le consolaba el estar consciente y que a pesar del dolor podía pensar.Quería recapitular de lo que había sido su vida últimamente y de porque estaba estirado inmovilizado y bien jodido en una sofá – camilla de dentista, o lo que fuera, de un submarino probablemente militar.
Se licenció en Química en el IQS de Barcelona. Si motivo especial, pero de siempre a Carlos le había gustado lo de los “potingues”... y el IQS era una de las universidades de “potingues” de más prestigio.Cuando acabó sus estudios y con unos resultados relativamente brillantes le ofrecieron varias ofertas de trabajo, alguna de de las de lo más variopintas. Acabó eligiendo la oferta en Laboratorios Estivi.Carlos consideró que era la mejor oferta, pero no sólo por el dinero, sino por el prestigio del laboratorio a nivel mundial, ya que trabajaba para las mejores multinacionales del sector de la perfumería y la cosmética.Laboratorios Estivi es una empresa muy destacada en diferentes terrenos, y Carlos se incorporó en el departamento más experimental. Dónde trabajaban con conceptos de estímulos, emociones y hasta sentimientos.Comprobaban como los cerebros “absorben” de nuestros sentidos una secuencia de impresiones y las convierte en experiencias mentales y emociones.Estivi disponía de tecnología puntera.Imágenes por tomografía de emisión de positrones, resonancias magnéticas nucleares estaban presentes en sus pruebas diarias.
Como referencia del alto coste de la tecnología aplicada, una única resonancia magnética en un Hospital cualquiera, ( cualquiera no es la palabra correcta, con esta tecnología en Barcelona solo es posible en Hospital de Bellvitge o en el Hospital de el Valle Hebrón) puede costar al estado alrededor de los seis mil euros.
En Estivi se estimulaban los receptores sensoriales, el cómo se transmitía por las neuronas para finalmente estimular al cerebro. En definitiva un trabajo impresionante.Por otro lado Carlos Belmonte estuvo seis meses estudiando una especialización en Neuromarketing en Yale (California.) al año de incorporarse.



Estaba bien considerado tanto en el laboratorio, como por la competencia, la cual le había intentado contratar en varias ocasiones...Experimentaba con animales. Monos, cobayas y perros.Pero Carlos tenía un proyecto propio. Sus jornadas de trabajo se alargaban dos y tres horas adicionales para experimentar por su cuenta, por entonces utilizaba de cobayas a sus amigos y compañeros de trabajo y hasta a mi novia, Victoria.Por eso le dejó. Y con razón.
En el departamento de Belmonte se estaban realizando pruebas sobre los efectos de combinaciones de varios productos revolucionarios entre ellos el Methoxydibenzoylmetane con el Benzil Salicilate así como con el Butyphenil.Se descartó en principio esa combinación porque se apreciaban pocos cambios en los impulsos nerviosos, con los animales a que sometían.Pero sí que los había, aunque era solo Carlos el que se dio cuenta de esos cambios.Se descartaron todas las pruebas que se hicieron a niveles de bulbo olfativo accesorio y órgano vomeronasal porque resultaron muy negativas.Y eso para los resultados que esperaban los clientes de Estivi era un desastre.Hablando en plata, era un producto que generaba cierto deseo de consumirlo pero que olía fatal. En definitiva, se desestimó. Y se continúo el trabajo, en otra direcciónEl de los laboratorios, no en el trabajo de Belmonte. Aquellas pruebas se convertirían en la confirmación de su proyecto. Eso fue en Febrero del 2004.Belmonte se pasó dos años experimentando con diferentes proporciones pero siempre con las mismas sustancias. Sólo cambiaba las proporciones.Cuando se desestimaron ese tipo de pruebas en el laboratorio, fue porque, entre otras causas, los impulsos nerviosos en los animales no eran relevantes, a primera vista claro. De lo que no se dieron cuenta, pero Carlos sí, es que la transformación se producía pasados treinta minutos, pasado ese tiempo la reacción era explosiva.Carlos consiguió la proporción exacta para que la reacción de esos elementos, provocara que las fibras nerviosas pudieran “activar” a las neuronas, pasando por los intersticios sinápticos a otras neuronas liberando neurotransmisores y poniendo en marcha los impulsos que generan los deseos, siempre y cuando existiera una exposición visual previa del producto.Días después comprobaba, que no solo con la exposición de un producto genérico, sino que también con la marca, es decir el logotipo, también funcionaba.En ese momento nacía “Fertex”. Y todo lo que podía significar.













Capitulo 8

“Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe eso es todo.” Oscar Wilde

Su novia Victoria le dejó, no sin antes experimentar Fertex.Cuando Carlos se dio cuenta del potencial de Fertex, quiso explicarle a Victoria su proyecto.Carlos siempre había sido optimista. Tenía muchos planes de futuro con Victoria, pero tenía dudas de su relación y quería tantear su futuro con ella, antes de tomar decisiones. La invitó a cenar en el restaurante la Balsa. Ambiente romántico, terraza de teca, vino blanco fresco en cubitera con hielos. Es decir, buscando un entorno inmejorable para explicarle que había llegado al descubrimiento de su invento.
Carlos, mientras degustaba la ensalada de tomate Raf , mozzarela y albahaca, le explicaba a Victoria todos los entresijos de lo que había sido la investigación para conseguir Fertex. Carlos quería comercializarlo y contrastar con ella las posibilidades de desarrollarlo. Carlos se dio cuenta que a Victoria no le interesaba nada su invento. Más aún le daba la impresión de que no le creía y que la estaba aburriendo.-! Vaya que decepción! Pues no sería yo el que le convenciera de que podía solucionar nuestro futuro y el de varias generaciones venideras. El tema no es que no creyera en mi proyecto, sino que no creía en nuestro proyecto- pensaba Carlos mientras la miraba cómo bebía un sorbo de vino. Carlos pensó que no le diría nada de la reunión en el Falcón Maltés. En aquel momento, Carlos decidió hacer una prueba con ella.Era un plan sibilino. Carlos Belmonte llegó pronto a casa esa tarde, y le preparó el Gin tónic que solía tomarse Victoria algunas tardes. Carlos le acompañaba con otro, porque un Gin Tónic era un Gin Tónic.Mientras lo preparó disolvió el preparado de Fertex en el Gin tónic, y le enseño una foto que había retocado con dos personas fornicando y en la que apenas se les podía ver la cara. Cuando le mostraba la foto a Victoria le comentó que un amigo suyo era el que estaba en la foto. De está manera Carlos se aseguró que Victoria se exponía a visualizar por lo menos treinta segundos.
-Pues te juro que no conozco ni a él ni a ella – Comentaba Victoria después de estudiar detenidamente la foto.
Esa tarde de junio era calurosa.Tal y como lo había planeado Carlos fue el mejor polvo que había hecho jamás con ella. De hecho, fue tan intenso que se fue prolongando durante toda la noche.Estando los dos sentados en el sofá y después de acabarse el Gin Tónic, Victoria se iba mirando el vaso de tubo, como si buscara algo raro, se imaginó que era algún sabor diferente debió encontrar porque preguntó a Carlos sobre la marca de Ginebra que había puesto.
Carlos le comentó para disimular que el también lo notaba diferente pero lo argumento que era debido a que en lugar de Bombay , había mezclado la tónica con “Tanqueray blue”.
Le pareció un argumento convincente, y así quedó zanjado el tema.Carlos se levantó del sofá para introducir en el Bang Olufsen de la pared el Cd de Grandes éxitos de Manuel Serrat.





No pasaron más de cinco minutos cuando Carlos se dio cuenta que Victoria empezaba a respirar profundamente. Y entonces se empezó a tocar, moviéndose toda ella en busca de una posición más cómoda. Victoria se iba tocando con la mano de un pecho a otro, primero por encima de la camisa, pero luego se desabrochó los dos botones superiores, se introdujo la mano palpándose los pezones de una manera rítmica.Su excitación se iba acelerando. La respiración era ya entrecortada, y con jadeos.Carlos alucinaba. Jamás había vivido con ella algo parecido. Victoria miraba a Carlos con unos ojos como si estuviera poseída. Estaba fuera de sí.Fue como en aquellas películas, en que ante la excitación del momento la actriz le rompe la camisa de “cuajo” , destrozándola y haciendo saltar todos los botones…Carlos se desabrochó el cinturón con desespero para luego hacer lo propio con los “vaqueros”, con lo difícil que era abrir los botones de la cremallera de los tejanos en medio de su excitación.Victoria le cogió con fuerza el miembro ya totalmente erecto desde hacía rato, y se lo introdujo en la boca, e inicio la felación. Al poco tiempo Victoria parecía que no se conformaba con ello, levantando la mirada y comprobando que Carlos estaba también excitado, así que aparto su boca y se colocó encima de Carlos introduciendo el sexo de Carlos en el interior de su vagina.
De fondo sonaba aquello de Serrat de “nací en el mediterráneo...” y cantaba sobre que cuando muriese que lo enterraran mirando hacia el mediterráneo...
- ¡Joooooooder!! Si esto continuaba mucho tiempo me tendrían de enterrar a mí... -pensó Carlos.
Carlos se dio cuenta de que no habían tomado precauciones. “!!!Hostias!!!!! El condón. Que putada- pensaba Carlos corriendo hacia su habitación, con los Calvin Klein por los tobillos, y todavía con una erección considerable buscando la caja de preservativos Durex, que guardaba en su mesita de noche. Se calló de bruces, incorporándose rápidamente.
De vuelta al sofá, Carlos se dio cuenta de que Victoria estaba totalmente estirada, desnuda y masturbándose con los dedos con tanto énfasis que hizo que Carlos se reprimiera de interrumpirla, porque parecía que estaba llegando al orgasmo...
Carlos se acercó a ella con intención de ayudarla pero Victoria le paró con la mano hasta que acabó. Pero lo sorprendente es que a continuación Victoria le pedía otra vez que la hiciera el amor. Victoria un segundo orgasmo consecutivo lo había vivido muy pocas veces pero Carlos estuvo convencido de que lo tuvo, mientras Carlos llegaba a su primero.
La noche fue larga para Carlos. Demasiado.La duda de Carlos era si se había pasado de Fertex o era la combinación con la Ginebra....











Capitulo 9

“Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente que vea y comprenda la vida, no puedo tocarla.” Fernando Pessoa

Respecto a que lo pasó aquella tarde con Victoria, ella nunca lo acepto de buen grado que hubiera experimentado con ella. Y nunca llegó a perdonarle.En un principio Carlos pensó en no explicarle nada sobre el Gin tónic con Fertex, pero los remordimientos no le dejaban tranquilo y al final se lo contó.Últimamente la relación se había estado deteriorando, y tenían gustos y afinidades diferentes, y la convivencia se hacía más difícil. A veces insoportable. Utilizarla de “cobaya” fue la gota que colmó el vaso. A pesar de lo bien que se lo pasó…A Carlos le daba la impresión de que mientras se lo iba explicando, lo iba entendiendo. Qué poco entendía a las mujeres.Victoria le dijo que le perdonaba, pero lo cierto es, que cuando Carlos llegó a su casa al día siguiente se encontró una nota en la mesa de la cocina, que decía : “Hasta nunca. No me llames. Cabrón.”Y por supuesto su armario vacío.Pensó que sería algo transitorio, pero cuando pasó más o menos una semana sin saber nada de ella, se dio cuenta de que realmente ya no volvería...Carlos Belmonte continuó experimentando los efectos de Fertex en otros escenarios.Los resultados eran espectaculares.El siguiente fue Felipe Ponsi, compañero de trabajo en Estivi.
Una tarde lo invitó a un café con leche “Belmonte”, y mientras se lo tomaba, no sin quejarse de un cierto regusto amargo, le pedía que a cambio del café le guardara un paquete de cigarrillos de la marca Ducados encima de su mesa.
El problema que tenía Carlos era explicarle a Ponsi que le guardara el paquete durante media hora encima de su mesa, era fundamental que estuviera encima de la mesa. Ponsi no entendía el hecho que Carlos le pudiese pedir esa chorrada... “estás como una chota” le comentó Ponsi pero al final lo convenció.Pues bien. Al día siguiente Carlos se dio cuenta de que Ponsi estaba fumando Ducados. No sería extraño de no ser porque Ponsi llevaba doce años fumando Marlboro ¡!!!!!Si Carlos estaba en lo cierto, Fertex lograba influir en el comportamiento aunque hubiera habido vicios adquiridos...Alucinante.Pero eso no fue lo más increíble.Ese mismo jueves, dos días después de lo de Ponsi preparó una foto ampliada de un paquete de Camel.Carlos lo colgó en el corcho de la pared de su mesa de trabajo. Mientras le llevaba a Ponsi otro café con leche “Belmonte” , lo convenció de que observaran la imagen del Camello, argumentando que me había llamado Ruperez, el director de la agencia creativa, argumentando que dudaba en utilizar la imagen de un camello para que fuera la imagen de una loción capilar. Creía que podría funcionar...pero que le interesaba mucho la opinión de Ponsi y de Belmonte.- ¡Que cojones tiene Ruperez!- exclamaba contrariado Ponsi.





Felipe no paraba de quejarse que eso no era su trabajo, que éramos químicos, y que tenía que ver la gimnasia con la magnesia, deberíamos enviar a Ruperez a tomar viento fresco... ( En coloquial a la puta mierda!)Entre quejas, pero Carlos consiguió que estuvieran diez minutos mirando la fotito de marras, comentando lo inapropiado de que se utilice un camello para un producto dirigido a calvos...A Carlos le pareció ya suficiente el tiempo que estuvieron observando al camello y le comentó a Felipe:- ¡pero que razón tienes Felipe!, este capullo de Ruperez se piensa que porque juega a golf con el jefe, ya nos puede pedir opiniones...- “¿Ves como nos toma el pelo? “- comentaba Felipe- “Y si quiere que le demos una opinión ¡que nos pague!,- dijo sonriendo-. ¿Qué te juegas a que luego nos cobrará una pasta por “su” idea?..”
Lo relevante de todo esto, fue que al día siguiente Felipe fumaba Camel!!!!Ya tenía suficiente, no necesitaba demostrar más veces que Fertex era un éxito.Al mes siguiente le despidieron a Carlos. Sin más explicaciones.Un día a media mañana se presentó Julián Guinovart, el director general y le dijo:- Carlos lo siento. Mañana no vengas. No te pudo explicar las razones, pero ordenes son ordenes.-Se dio la vuelta, y sin más se fue.-¿Ordenes de quién?, porque por lo que sabía, Julián era el que mandaba y ordenaba.- pensó.
Carlos no entendía porqué decidieron prescindir de él. Pensó que igual habían encontrado alguna prueba de que experimentaba fuera del horario laboral, o quizás porque alguien le hubiese visto cenando con Gabriela Espona, la directora general de laboratorios Exmon, principal competencia directa de Estivi... pero es que aún y así tampoco tenía sentido.
Y además Carlos había siempre rechazado todas las ofertas que le habían ofrecido de Exmon y Estivi estaban al día de todo eso.Que conste, que Carlos a Gabriela Espona le rechazó todas sus ofertas, bueno todas menos una claro, ¡la de pasar toda la noche con ella!.
Le había prometido prepararle un Gin tónic Belmonte que ¡no olvidaría jamás! .Al día siguiente de la visita de Julián, me le dieron a Carlos el talón de su finiquito, en la recepción de Estivi porque Jesús, el de seguridad, no le dejó pasar. No pudo despedirse de sus cobayas, es decir de sus compañeros.-Se debían haber equivocado- pensó Carlos porque el talón era de una cantidad muy superior a la que le correspondía.
Con esa cantidad podía vivir tranquilo durante 5 años, y dedicase al lanzamiento de Fertex.En definitiva, se encontraba sin novia, y sin trabajo. Pero muy feliz. Se marcharía unos días a Formentera.-¡Pero que coño hago atado, a oscuras en este puto submarino!- se preguntaba Carlos Belmonte.








Capitulo 10

“El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco, por consiguiente , el derecho a destruirla.” Mahatma Gandhi

Carlos oyó como se abría la puerta de esa sala y vio como Curt y la enfermera se dirigía hacia él.-Hola Carlos. ¿Estás bien?- le dijo Curt con tono afable-- ¡Bien! ¿Has dicho bien?. Bueno todo lo bien que se sentiría ¡un pez metido en una sartén de agua hirviendo!- le contestó.Carlos no supo porqué le contestó a Curt esa tontería. Consideraba que era una chorrada, porque se estaba jugando su vida, y no era cuestión de hacerse el gracioso.
Carlos estaba convencido de que alguien ya había decidido lo que le pasaría. Al margen de su absurda contestación, solo deseaba que si ya habían decidido matarlo, no lo demoraran más.La muerte no le daba nada de miedo. Carlos tenía muchos amigos y familiares que habían muerto y se tomaba la muerte como el encuentro con todos ellos.Lo que le daba pánico es que lo mataran poco a poco con los métodos de ese hijo puta, pensaba Carlos.
La vida estaba siendo injusta con Carlos. Ahora que estaba cerca de algo realmente importante, estaba en manos de unos asesinos profesionales.- Como te debes haber dado cuenta, se quedó el trabajo a medias. ¿Qué te dolió un poco? Uff Que mal me sabe... si te acaricié un poquito las muelas, para que te fueras acostumbrando. De hecho eran, como lo diría...,”cosquillitas “ comparado con lo que te haremos hoy- dijo Curt volviendo a exhibir esa media sonrisa forzada -- ¿Puedo hacer algo para evitarlo? – pregunté asustado pensando en lo que se me avecinaba- Sea quién sea el que le paga, ya le puede decir que estoy dispuesto a colaborar!- I´m so sorry. Pero el encargo hay que completarlo – me contestaba Curt mientras se colocaba la mascarilla, se ajustaba los guantes y procedía a coger aquel maldito frontal metálico.Sabía que por mucho que le rogara, no tenía nada que hacer. Así que, Carlos cerró los ojos y se resignó.Carlos intentaba ser valiente, pero las manos le temblaban y no las podía controlar. Nunca había sido muy religioso pero había llegado el momento... sólo le quedaba rezar. “Padre nuestro que estás en los cielos...” ¡ Coño! ¡Si no me acuerdo!- todavía tenía fuerza para el cinismo.Se juró, que si salía de esta situación, aprendería el padre nuestro.Carlos volvía a notar como la broca “gruesa” le empezaba a limar la muela. Es curioso como asociaba el ruido de la turbina eléctrica al de las vibraciones de su flamante Harley Davidson Nightster 1200.El dolor era indescriptible.







Cuando Curt le dijo a Carlos en su primera “visita” que llegaría un momento en que le pediría que le matara, creía que lo decía para asustarle. Curt tenía razón. Carlos no sabía cuanto tiempo podría aguantar. Había llegado ese momento...
La cuestión era que el separador bucal no le permitía hablar... por que sino Carlos le hubiera gritado: ¡ Mátame so cabrón!Quería cerrar la boca pero no podía.Parecía que esta vez iba en serio. La enfermera, que estaba situada a la izquierda de Carlos y que con una mano aguantaba el aspirador, pero con la otra le acariciaba el antebrazo. Y eso era significativo.Carlos despertó de esa pesadilla. Con un intenso dolor. Se retorcía instintivamente y casi se cae al suelo, porque ya no estaba atado. Se pasó la lengua por le dentadura, y desde luego alguna muela le había desaparecido.”Mutilado pero vivo”- Pensó Carlos.Se intentó incorporar. Y se cayó. Las piernas no le aguantaban. Tenía una sensación de hormigueo en todo el cuerpo. Se mareaba cuando se colocaba en posición vertical.
Estaba pagando el hecho de haber permanecido inmovilizado. ¿Dos días? Quizás cuatro, no lo podía saber.Lo que sí sabía es que le habían estado alimentando a través de suero, y probablemente con drogas también.
Poco a poco, Carlos iba recuperando el equilibrio y si única fijación era escapar. Abrir la compuerta de esa maldita sala y largarse.
Carlos ni se planteó el porqué le habían dejado libre, pero no tenía tiempo para eso. Tenía que largarse y pensar luego. Cuando estuviera tranquilo.Salió de la sala de torturas y caminaba por un pasillo estrecho, aguantándose en las paredes de estrecho pasillo..Carlos pensó que era obvio que no estaban sumergidos, veía el mar a través de los pequeños ventanales circulares, lo que ya de por sí era un consuelo.De la tripulación ni rastro. Aparentemente le estaban facilitando la huida. Carlos iba pasando compuertas abiertas ex profeso, hasta que llegó una estrecha escalera de caracol donde pudo ver el cielo abierto.Salió a cubierta. Ni rastro de la tripulación, pero el submarino estaba fondeado en el mismo punto donde Carlos lo había visto desde la cima del acantilado.Era impresionante el tamaño de la cubierta, Carlos calculaba que debería de tener unos 50 metros de eslora. Y no tenía candeleros, es decir, barandillas, por lo que iba recorriendo la cubierta a “cuatro patas”, no se veía con ánimos de mantener el equilibrio sin un punto de apoyo, e iba asomándose con cuidado buscando un acceso para bajar, y mirar la manera de salir del submarino.Encontró una escalera de cuerda en la amura de babor, y una piragua amarrada a ella.Todo había estado cuidadosamente preparado para que Carlos se escapara. Quedaba muy claro.Carlos tuvo la suficiente lucidez en ese momento de caminar por el perímetro del submarino rodeándolo en busca de alguna identificación. Tenia el nombre grabado en letras doradas en la popa.“PELORUS”.







Carlos bajó no sin esfuerzo a la piragua, desatando el cabo que le unía a la escalera, y empezó a remar. Pasaron diez minutos remando a contra corriente, Carlos llegó exhausto a la playa de Es Pujol. Desde la playa y con un caminar renqueante llegó a su casa del acantilado.Carlos sólo pensaba en comer algo sólido, si su boca se lo permitía claro. Y darse una buena ducha. Sin olvidar de ir al baño. ¡Tenía la sensación de su uretra se iba a reventar!.Se miró al espejo. Tenía mala cara. Muy mala cara. Ojeras muy marcadas. La cara exageradamente hinchada por los flemones en ambos lados. Abrió la boca y se acercó más al espejo.Detectó tres agujeros en su mandíbula, una en su lado izquierdo, y dos en el lado derecho. En total le habían extraído cuatro piezas.Se sentía sucio y observó que su “polo” estaba totalmente manchado de sangre.Podía haber sido peor. Se tomó dos ampollas de Nolotil, para intentar paliar el intenso dolor que le producía, que por suerte siempre llevaba en el neceser cuando viajaba. Miró la fecha en su móvil que se estaba cargando. Habían pasado tan solo dos días desde que el mensaje del coche... Y su cuarto día en la isla.Carlos se había cogido quince días y alquilado una casa en la isla, en busca de relax y tranquilidad. ¡Si se descuida!El dilema en que Carlos se encontraba era resolver que debería de hacer ahora.Las opciones pasaban entre ir a la policía local y explicarles una historia que, con toda probabilidad le tomarían por loco... o no decir nada. Y volver a Barcelona lo antes posible.Esa tarde Carlos Belmonte cogería el Ferry hasta Ibíza, en donde se embarcaría en el vuelo 3452 de Spannair destino Barcelona a las once de la noche.A Carlos Belmonte ya no le apetecía “descansar” más.
























Capitulo 11

“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla” Gabriel García Márquez


Devolvió el WV tuareg alquilado en el Avis de La Sabina, situado en el puerto de Formentera, y se embarqué en el “rápido” hacia Ibiza. “un coche fantástico para ir por los caminos de Formentera pensó Carlos.El rápido tardaba unos 40 minutos por lo que se distrajo mirando las llamadas perdidas y los mensajes del móvil. También desde la Blackberry podía consultar mi correo de Gmail.Tres llamada pérdidas y catorce mensajes fue el resumen de los dos días que estuve en el “Balneario”.De las tres llamadas perdidas, dos le habían dejado mensaje. Uno era de Victoria, otro de Diego Guzmán, y el tercero de Gabriela.Victoria me dejaba un simple: “Qué tal, como estás. Cuando quieras me llamas y hablamos.”El mensaje de Gabriela era más sugerente: “Fue increíble cariño, tenemos que repetirlo. Mi marido se va de viaje la semana que viene y tengo a los niños de colonias. Llámame.”Carlos sonrió al imaginarse la situación. Pero esta vez no caería en el error y no le explicaría nada de Fertex..
Hacía tiempo que no sonreía. Aunque le doliera la boca. Sonreía cuando se imaginaba la cara de placer de Gabriela.Respecto a los e-mails sólo tenía dos que consideraba importantes. Uno de Eduardo Cusí, su amigo que trabajaba en el Hospital Clínico de Barcelona, en el proyecto de Medicines for Malaria Venture y en el cual la ONG de Gates, destinaba la fantástica suma de doscientos doce millones de euros. Le debía a Eduardo el haber hecho posible contactar con Melinda Gates, y así acceder a Bill Gates.
Luego de la famosa reunión Carlos llamó a Eduardo agradeciéndole las gestiones del encuentro, y que ya le informaría. Pero le omitió que Bill Gates se había traído a su amigo Warren Buffet y este a su vez a Carlos Slim.
Precisamente el otro correo era de Carlos Slim, el millonario mexicano, que le quería ver lo antes posible. Que le confirmara el día que quisiera, lo antes posible, y le enviaría su jet privado a buscarlo donde estuviera para llevarlo a su isla privada.Por lo demás, en los mensajes de la Blackberry algún proveedor despistado que todavía no sabía que le habían despedido , y los spam de esos que le llegaban casi cada día del viagra o alargadores de penes...
Cuando Carlos llegó a su casa de Barcelona, eran las dos de la madrugada. Cansado y dolorido sólo deseaba dormir. Se encontró con la encontré la cerradura reventada.
“ ¡Me cago en la puta!”- exclamó Carlos
Tomo alguna precaución. Lo había visto en las películas. Abrió la puerta, pero esperó para entrar. Intentaba oír algún ruido, no fuera que estuvieran todavía los ladrones en el interior.








No se oía a nadie. Encendió la luz del recibidor, pero nada se inmutó. Silencio. Seguidamente entró sigilosamente a la cocina, que era la primera habitación que se encontraba a mano izquierda cuando entraba, y cogió un cuchillo del cuchillero que había adquirido por puntos visa en La Caixa... El más grande. El de “carnicero”.
Pero todo estaba aparentemente en orden. No le habían robado nada. Tampoco habían revuelto nada, pero Carlos ya sabía que alguien buscaba algo de FERTEX.
Lo único que encontró sospechoso era que la pantalla del portátil que se había dejado en la mesa de cristal de su cuarto estaba abierta, cuando Carlos siempre la cerraba. Era una manía que tenía desde hacía cuatro años que tenía aquel portátil rojo “Acer Ferrari”.En cualquier caso Carlos tuvo la precaución de una guardar ninguna información en el disco duro sino camuflar sus investigaciones en un blog, registrado con un nombre ficticio como el de Pablo Torras. Además eso le permitía poder trabajar desde cualquier lugar del mundo sin tener de preocuparse de archivos ni de capacidad de almacenamiento. Desde luego, fue un acierto.Otra precaución de Carlos antes de marchar a Formentera, fue guardar cierta cantidad de polvos FERTEX en una caja antigua de galletas en la despensa. También parecía intacta.Carlos vivía en un pequeño ático de la calle Muntaner. Pequeño, pero con una terraza desde donde veía, por un lado el mar y por el otro la montaña del Tibidabo.Y eso Carlos no tenía precio. Había estado pensando en negociar con el administrador para hacer reformas, pero ahora no tenía tiempo para ello. Según como fuera la comercialización de FERTEX le compraría todo el edificio.
Se quedó en calzoncillos y se metió en la cama, no sin antes chutarse un Nolotil. Al día siguiente iría al dentista sin falta, pensó Carlos antes de dormirse..
Se despertó al cabo de diez horas. Hecho insólito para Carlos. Siempre dormí entre seis y siete horas. Probablemente el cansancio acumulado más los efectos sedantes del Nolotil tenían algo su duchó. Se vistió informal y se preparó un expreso,
Lo primero que hizo después tomarse el café fue llamar a Eduardo Cusí.- ¡Pero tío!, ¡dónde coño te has metido en los últimos días! Buscándote desesperadamente. Me ha llamado varias veces Melinda y me ha comentado que el “jefe” quiere hablar contigo. Y como entenderás no hay nadie en el mundo que haga esperar al “jefe”. Bueno, ahora sí... tú so capullo!!. – Le gritó muy enfadado Eduardo- ¿Te hago un favor, y es así como me lo pagas?- No te pongas así Eduardo. Los siento. He estado incomunicado en un ....Formentera –Estuvo a punto de escapársele lo del submarino, pero lo salvó bien y continuo excusándose.- Como te puedes imaginar Eduardo, el primer interesado en poder hablar con Bill Gates soy yo!.- No sé que te traes entre manos, pero como me despidan, te mato!..Eh?- suavizando ya su tono de voz-
No te preocupes. Que el informal he sido yo, no tu. Ahora dime…¿ que quiere Gates?








- Que lo llames al número que ahora te daré. Es su número personal, Carlos. No te puedes ni imaginar lo raro que es esto. He preguntado a su mujer y me ha comentado que nadie nunca ha tenido ese número... Ya me dirás que coño está pasando. ¿Que estás tramando? Ten cuidado. Porque es gente muy peligrosa.- me intentaba transmitir preocupación, pero con un tono ya mas relajado.- .No te preocupes. Es el 570710407?. Lo llamo y te cuento. – Solo quería tranquilizarle, porque Carlos no lo quería explicar nada de Fertex a Eduardo.
- Serás cabrón? ¿Cómo coño lo sabes el número? – preguntaba alucinando Eduardo
-Uno que tiene amigos…no te acuerdas que me reuní con el en el Circulo del liceo.- le recordaba Carlos
- Ya. Pero de eso a que te dé su número privado de móvil…
-Que soy Carlos, tío!...no te acuerdas que cuando la sigo…la consigo?- le preguntó riendo Carlos.
- Carlos. Cuando te cuelgue lo llamas inmediatamente. ¿vale?- le suplicaba Eduardo.
- Vale te lo juro- le tranquilizó Carlos.Eduardo se había portado como un buen amigo. Y le había conseguido la entrevista con Bill Gates.A través de la fundación de la Malaria intermedió con Melinda para comentarle la importancia de contactar con su marido, para explicarle un descubrimiento muy importante, un producto químico que podría modificar los comportamientos de consumo en los próximos años.Solo pasaron dos días hasta que Bill Gates llamó directamente a Eduardo. ( Eduardo flipó...ante la envidia de su jefe en el Clínico, porque se dio la circunstancia de que en el momento de la llamada estaba presente ) y le prometió que coordinaría una comida con Carlos Belmonte en un restaurante de Barcelona. Y que reservara para 5 comensales en algún sitio que fuera exclusivo y discreto...De ahí lo del Circulo del Liceo en su reservado más privado rodeado de cuadros de Casas.Entonces se produjo el efecto dominó; Gates se lo explicó a su amigo y socio Buffet. Hay que tener en cuenta de que Buffet le administra todas sus inversiones, además de ser considerado el 4º hombre más rico del mundo. No hay porque comentar que la fortuna de Gates es la primera y se estima en 38.000 millones de Euros.De hecho Carlos Belmonte no sabía quien acudiría a la comida en el Circulo del Liceo, Eduardo sabía que Carlos se citaba con “el jefe”, pero lo que no sabía es que “amigos” asistirían.Cuando acabó la comida y Carlos llamó a Eduardo, tampoco le comentó quién había asistido al ágape, supongo que se imaginaba que serían asesores de Gates. Carlos pensaba que no le aportaba nada a Eduardo sabiéndolo, ni a él tampoco diciéndoselo.
Tampoco le quería comentar la reunión en el Falcón Maltés, no fuera que se impresionara demasiado.Después de la cena en el Falcón Maltes, acordó un próximo contacto pasados cuatro meses, pero habían pasado pocos días y parecía que nadie estaba dispuesto a esperar tanto.




Por lo que todo hacía pensar que había mucho interés en FERTEX.Carlos antes de llamar a Bill a su móvil. Joooder!!! Que bien le sonaba eso a Carlos!!!. , Tenía un trabajo pendiente.Se conectó a Google y buscó con las palabras “submarino Pelorus”, y Carlos se quedé alucinado de lo que encontró.El multimillonario ruso Abramovich se compra el barco más innovador del mundo, el Pelorus, dotado de los sistemas de navegación y de seguridad más avanzados del mundo. Tanto que hasta incorpora un submarino... lo que faltaba... y a este ruso.. ¿Qué mosca le había picado?.
Carlos tenía la sensación de que estaba en medio de una trama de espionaje internacional entre las personas más poderosas del mundo, y que todos querían llevarse un pedazo de lo que, si estaba en lo cierto, podía significar una auténtica revolución.





































Capitulo 12

“¿Por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar?” Helen Adams Keller


La calurosa tarde de ese quince de agosto de 2007 el sol se empezaba a poner y Carlos salió a la terraza de su ático de Muntaner para llamar por teléfono a Bill Gates. Era una cita histórica para él. Llamaba al mismo Bill Gates.-¿Señor Gates?- pregunté, con el pulso acelerado.-¿Carlos? Al fin. – Comentó ansioso Gates. Parecía que el que estaba nervioso era Gates en lugar de Carlos – Tengo que hablar contigo para proponerte algo…-¿algo? – Contestó Carlos intentando disimular su nerviosismo, alucinaba que el hombre más rico del mundo le hubiese reconocido por el móvil --Sí, me gustaría hacerte una propuesta sobre FERTEX pero no lo podemos hablar por teléfono. ¿Quedamos el jueves en el Ritz de Zurich? – Gates preguntó , sin posibilidad de darle ninguna opción-
Carlos se quedó unos segundos pensativos. Era martes y dentro de dos días debía estar en Zurich
-OK Bill. Supongo que encontraré vuelo directo Barcelona- Zurich – dijo Carlos sentándose en el sofá de la terraza…- No te preocupes. Te enviaré alguien a buscar el jueves a las nueve de la mañana. El te proporcionará todo.. De momento he contratado a 4 guardaespaldas que te controlen para que no te pueda pasar nada.¿-¿ Cómo dices? – le preguntó Carlos a Bill. Carlos sospechaba que sabía algo del submarino.- Ya sabes como van estas cosas, después de nuestro encuentro, mandé vigilar todos tus movimientos. Supongo que no fui el único. Y mis chicos vieron como te habían secuestrado y llevado al submarino de Román. - Bill cambió su tono. No sé si eso significaba algo-Hablé con Román ( se refería a Abramovich, claro) y le pude convencer de que te dejara ir. A veces el dinero es muy convincente.- Pero entonces... ¿pagaste un rescate? . Le preguntó Carlos.
Ahora Carlos empezaba a entender el porqué le habían liberado-- Digamos que fue un intercambio de favores, conseguí que te dejaran ir. -dijo Bill - ahora me aseguraré que no te pase nada...hasta que nos veamos en Suiza.- ¿Fueron tus hombres los que entraron en mi casa? – aprovechó Carlos para preguntarle.- Si, pero se encontraron ya la puerta forzada. Ah! y que sepas que tenías la casa minada de micrófonos...- Y tus hombres debieron de poner otros ¿no? – Le preguntaba enfadado-- Sí, pero para salvaguardar tu seguridad. Piensa que no me hubiera costado nada no decírtelo.








- Acepto el hecho de ponerme protección, porque reconozco que no pienso volver a dejar que me torturen otra vez. La única condición que te pido es pero que se presenten ante mí para saber quienes son tus hombres. No pienso pasarme el tiempo intentando adivinar si son tus hombres o no. – exigía Carlos a Bill, aún sabiendo que este haría lo que le diera la gana. Llamarlo “protección” o “espionaje” era lo mismo.
-Ningún problema en diez minutos los tendrás aquí. Ah…y una última cosa.- comentó despidiéndose - La reunión que tenemos en Zurich es totalmente secreta.. Si alguno de los otros intenta contactar contigo no les digas nada. Nos jugamos mucho. Y tú el primero.Que debería haber querido decir con eso de tú el primero.- pensó CarlosSi hace 6 meses, le hubiera comentado a mis amigos que hablaba con Bill Gates, y que tenían un proyecto conjunto le hubieran tomado por loco. A sus amigos o a cualquiera. Y si se lo comentara hoy también.Carlos se sentía importante. Sabía que era complicado, pero intuía que iba por el buen camino.Era como si hubiera misteriosamente abandonado la liga de tercera regional para jugar en división de honor. Increíble.Ahora podía estar un poco más tranquilo. Por lo menos sabía quién le había raptado y torturado, aún sin saber que le debía haber prometido Gates a Abramovich, para que lo soltaran. Aunque se lo imaginaba. Cinco minutos después de que Carlos colgara a Gates, alguien golpeaba discretamente a la puerta.Eran cuatro hombres, correctamente vestidos que se presentaban como equipo de seguridad de Microsoft . Se presentaron como Tom. Peter, Marc y Willy. Todos ellos americanos. De hecho uno de ellos le sonaba a Marc de haberlo visto en el Aeropuerto de Ibiza. Le comentaron a Carlos que su misión era protegerle y le entregaban un pequeño aparato electrónico, parecido a un mando a distancia para que en caso de necesidad les pudiera avisar.. Cualquier movimiento debería indicárselo con un mensaje de sms.
Carlos se quedó tranquilo, porque para él significaba tranquilidad. Esa noche dormía unas quince horas seguidas.Mientras Carlos se preparaba una tostada de pan de payés que había sobrevivido en el congelador y mientras se la estaba untando de mantequilla sonó su móvil.Era Cifuentes, el director de la sucursal bancaria del Santander. El banco de Carlos.

- Carlos, hola y perdone que le moleste...Quería informarle sobre un ingreso… - le dijo educadamente.- ¿Que hay algún problema?- preguntó con preocupación Carlos- Pero si… el mes pasado ingresé un talón de una importante suma de dinero… ¿Que ha pasado algo? – le volvía a preguntar con cierta preocupación. Ahora le llegarían los gastos de la compra de la Harley Nighster que se compró con el dinero de la indemnización de Estivi…
- Noooo ¡ Ningún problema!! Todo lo contrario!! Hemos recibido una transferencia a su favor de 4 millones de Euros provenientes del Banco Central de México!!! Y mi llamada era simplemente comunicarle que no tendrá esa cantidad operativa hasta le semana que viene, pero si usted necesita lo que sea.





Y lo que sea es lo que sea. Me llama a mi número privado y estaré encantado en ayudarle...- comentaba Cifuentes con tono sumiso.
Carlos tardó unos segundos en reaccionar. Cuatro millones de Euros era mucho dinero. Y no tenía constancia de haber llegado a ningún acuerdo con Slim. Pero eso ya lo solucionaría más adelante. Pero ahora debía decirle algo a Cifuentes que lo tenía en el teléfono.- Perdone Cifuentes, por donde íbamos…a si lo del ingreso…no, no no se preocupe gracias... pero de momento no necesito nada – le comenté intentando disimular que no tenía ni pajotera idea de quién lo había mandado – Buenos días Cifuentes.Seguro que era Slim. Carlos Slim, el magnate mejicano... pero... joooder. Aquí quién no mueve ficha se queda fuera de juego- pensó CarlosMe debería de asegurar que Gates no pensara que ya había llegado a un acuerdo con Slim. Lo llamaría para avisarle que sin haber hablado con nadie me había encontrado ese ingreso en mi cuenta.Carlos consiguió volver a hablar con Gates. Parecía enfadado por lo del ingreso.
- Devuélvelo ya, Carlos. Piensa que si lo aceptas te estás comprometido y acabado. Esa estrategia es típica de Slim - le aconsejaba Gates – Yo te puedo mejorar la cifra si llegamos a un acuerdo. Eso sí , le devuelves el ingreso.Se había convertido en una rivalidad de por quién se tenía que decantar Carlos. Pero todo eso le encantaba. Por lo menos, como mínimo ya tenía un cojín de cuatro millones de Euros. Pero también se daba cuenta que era “una arma de doble filo”. Porque es tipo de gente no tenía escrúpulos y le podían matar con la facilidad de quién se bebe un vaso de agua.Después de pensarlo durante un buen rato Carlos decidió que lo más inteligente por si parte sería no hacer nada hasta que no tuviera la reunión en Zurich con Gates. De hecho, sólo faltaban dos días Pero también creía que debería decirle algo a Slim. O no! Porque el no se había comprometido a nada.
En cualquier caso. Cuando Slim contactara con él ya se lo pensaría.



















Capitulo 13
”Vivid arduamente, no temáis nada y os sonreirá el triunfo.” Winston Churchill
El dieciséis de Agosto, cuando Carlos se levantó miro la hora en su móvil .Eran las ocho en punto de la mañana. Carlos se dio cuenta que tenía un mensaje de correo electrónico. Era de Bill Gates. Le emplazaba el dieciséis a las diez de la mañana en el Aeropuerto de Sabadell. Y eso era hoy.
No tenía mucho tiempo así que se cambió se preparó su maleta de viaje con dos mudas para el fin de semana y se dirigió hacia el aeropuerto de Sabadell.
Llegó a las diez menos cuarto al aeropuerto y se dirigió hacia el bar.
No tenía la descripción del piloto por lo que se imaginó que el piloto le encontraría a el.
Se pidió en la barra un café con leche. Y se lo llevó hacia la terraza donde miraba la única pista de aterrizaje fijándose en los aviones aparcados intentando adivinar cual sería el “suyo”.
Carlos no vio ninguna avioneta moderna.
Observó una avionetas muy pequeñas que supuso que eran de la escuela de pilotaje. Eran Cesnas. También había avionetas muy antiguas pero bien restauradas y alguna un poco extraña que Carlos pensó que serían las que utilizaban para los incendios.
Y se imaginaba un pequeño avión a reacción con todos los lujos y comodidades.
“Igual todavía no debe haber aterrizado” pensó Carlos.Carlos se dirigía hacia la barra otra vez, cuando un hombre de alto, de complexión fuerte y con poco pelo. Vestía informal, con tejanos y cazadora de piel con borreguillo en el cuello.
“Uff, que calor debe pasar este tío, en pleno Agosto pensó Carlos.
Se presentó ofreciéndole la mano
-Sr. Belmonte? . Soy Ignacio, Duch.
- Encantado Sr. Duch. Creo que usted me tiene que acompañar a Zurich. Por cierto ¿dónde está el avión? – Preguntó Carlos
- Preparado ya en la pista – Respondió Duch
-OK. – dijo Carlos recogiendo su maleta.
-Creo que su maleta es un poco grande…ya veremos- comentaba Duch algo preocupado.
Pasaron dos puertas de seguridad y accedieron a la pista, y empezaron a andar.
-¿Está muy lejos? – preguntó Carlos
- No, no es aquel- señalando una antigualla de color verde dijo Ignacio Duch.
Carlos se quedó boquiabierto.
-¡Joder! – exclamó Carlos
-¿Y eso es bueno o malo?- preguntó sonriente Ignacio
-No, si bonito si que es pero…¿Cómo vamos a llegar a Zurich con eso?- preguntaba
-¡Eso me preguntaba yo!- Exclamó exagerando Ignacio- ¡Supongo que lo tendremos de llevar volando!
- Ahora ya entiendo lo de la maleta….- dijo Carlos desmoralizado
-No te preocupes que tengo maletero. Lo intentaremos.







Llegaron al avión. Carlos lo inspeccionó como si se jugara la vida. Y de hecho se la jugaba. Tocó una de las alas con la mano, y se dio cuenta de que su duda no era infundada. Las alas estaban hechas de tela y madera. Mientras Ignacio procedía a las verificaciones de aceite, carburante, etc. Carlos aprovechó para echar un vistazo a la “lujosa cabina”.
Era de lo más espartano posible. Y lo más sorprendente es que no llevaban nada que parara el viento. Una mínima expresión de un cristalito de unos diez centímetros de alto.
-Manda guevos…murmuró Carlos.
Era biplano muy bien restaurado pero una “antigualla” en definitiva.- Es una TIGER MOTH un avión de 1933 que utilizaba la RAF inglesa. La utilizaban para observación. Y lo complicado era cuando tenían de cruzar el Mar del Norte con el viento de cara porque era posible que se quedaran sin combustible… - le explicaba orgulloso Ignacio.
-Si, si hombre. Bastante acojonado estoy ya para que me empieces a explicar batallitas.-dijo Carlos
-Trae tu maleta- le sugirió Ignacio mientras abría una puertecilla en el fuselaje
Carlos le obedeció y levantó la maleta con las dos manos mientras Ignacio trataba de introducirla en el maletero.
-Imposible Carlos. No entra porque es rígida. Haremos una cosa. Te voy a dar una bolsa de lona e introduces tu ropa dentro…y esperemos que te quepa en la bolsa. Porque si la podemos cerrar seguro que nos cabe…
Ahí mismo abrió su maleta Picuadro y fue traspasando la ropa de la maleta a la bolsa. Por suerte se pudo cerrar y efectivamente ejerciendo algo de presión pero cupo.
Carlos se fue a llevar su maleta vacía a consigna.
Bueno. Ya casi estaban listos.
Carlos regresó al avión. Entonces Ignacio redijo que se subiera al avión.
-Detrás no, Carlos. Te debes de poner delante. El que conduce se sitúa detrás.
Solo me faltaba eso, tener que ir delante pensó Carlos.
En fin que se sentó e Ignacio le ayudó a colocarse el cinturón de seguridad de cinco puntos de anclaje. Le dio unos cascos con micrófono para comunicarse y se fue a sentar en su lugar.
-¿Carlos me oyes bien? Si es así levanta el pulgar- le comentó Ignacio poniendo el motor en marcha.
Carlos levantó el pulgar.
-Todo OK – contestó Carlos
-Bien cualquier cosa te acercas el micrófono a la boca y cuando hables se conectará automáticamente
-OK. Entendido.- contestó Carlos mientras empezaban a moverse para colocarse en la pista de despegue.
- No te preocupes. Porque pararemos tres veces para cargar combustible- le dijo Ignacio.- Saldremos hacia la Cerdaña en un vuelo rutinario para desviarnos y aterrizar en Mont-luis.








A partir de ahí, y sin comunicar nada hasta Brenolux. La identificación es LFNB ( lima-foxtrot-november-bravo). Estaremos a 300 millas del destino. La siguiente parada será en Saint Emile LFNO (Lima-Foxtrot-november-oscar) y desde allí llegaremos a Hausen (Lima-sierra-zulu-november) en los terrenos de una finca particular del pueblo de Zug (Suiza) donde nos estarán esperando.Carlos se quedó alucinado como Ignacio había memorizado todo el recorrido, intentando evitar los espacios aéreos controlados.
Ignacio fue muy metódico chequeando los sistemas de transmisión, eso tranquilizaba a Carlos.
Carlos en su puesto delante de Ignacio tenía los mismos mandos e indicadores que tenía él.- No te preocupes, que lo piloto yo, pero te explico como va por seguridad, para que puedas en caso de emergencia aterrizarlo tu- le explicaba sonriendo Ignacio- ¿Y donde está el paracaídas?- Preguntó Carlos
- ¿Paracaídas? Piensa que volamos tan bajo, que no habría tiempo material para utilizarlo – dijo Ignacio- ¡Pues vaya consuelo!- Exclamó Carlos- Carlos, nos vamos – me decía a través de los cascos-, cualquier cosa que quieras me lo comentas que te oigo. ¿Ok?- Ok.-- ¡Pues nos vamos!.
Entonces Ignacio comenzó todo el procedimiento de despegue con la torre de control para solicitar permiso de despegue.
“Aquí Golf-alfa-papa-papa-november solicita autorización para despegar con destino a la Cerdaña”.- Ok Golf-alfa-papa-papa-november, puede proceder. Buen vuelo.

El hecho es que Carlos sin apenas darse cuenta ya estaban en el aire. La Tiger necesitaba muy pocos metros para elevarse.
El viento en la cara. Suerte que se acordó Carlos de coger las Ray-ban, de lo contrario hubiera acabado con los ojos machacados.
En aproximadamente dos horas de vuelo cuando se aproximaban a Mont-luis.
Le había pasado el tiempo volando valga la redundancia. Aterrizaron en la pista de hierba del Aeródromo. Si es que ese prado se puede llamar Aeródromo.
Carlos estaba emocionado. No se hubiera imaginado que hubiera disfrutado tanto.
- ¿Te ha gustado este primer baño en el aire? Preguntó Ignacio a Carlos.
- Ignacio. Te felicito. He disfrutado como un niño pequeño con un helado. Ha sido alucinante. Te sientes libre. Y un autentico privilegiado el poder volar como los pájaros. Es adrenalina pura. Muchas gracias.- Le comentaba Carlos totalmente satisfecho de esa experiencia.
Comieron un par de sándwich en el del aeródromo dentro un hangar. Se aprovisionaron de carburante y se dispusieron a la cubrir la segunda etapa programada.




Pues suerte que hace buen tiempo- pensó Carlos- De lo contrario esto hubiese sido un suplicio.
Volvieron a despegar está vez sin pedir permiso a nadie. Simplemente observando el cielo no fuese que se encontraran a otro que quisiera aterrizar.
Eran las tres y veinte cuando atravesaban los pirineos. Al avión le costaba remontar los picos, por lo que lo hacía con lentitud y dando círculos.
Carlit, Pic D´Eina, el Canigó fueron alguno de los picos que sobrevolaron.
Pasaron los Pirineos volando en terreno francés. Volaban a unos trescientos pies unos cien metros de altura. La vista era impresionante. Se veían los detalles que nunca se suelen ver desde la carretera. Jardines y piscinas de las mansiones quedaban expuestos ante el vuelo de la Tiger.
A medida que iban atravesando fincas, campos, castillos y mansiones señoriales, desde ese mirador tan privilegiado que era la Tiger, a Carlos le iba gustando cada vez más.
Carlos disfrutaba de la famosa campiña francesa. Sensación de libertad se juntaba con el placer de que todo aquello estaba al alcance de muy pocos. Los campesinos saludaban con los sombreros. Parecía todo de cuento.
Llegaron a Brenolux a las siete de la tarde. Se alojaron en un encantador reíais chateau llamado Poiseau, cercano a la pista. Cenaron en el mismo hotel para madrugar y despegar a las ocho de la mañana. La etapa hasta llegar a Suiza era larga. Total quinientas millas y siete horas de fantástico vuelo tomaban contacto con tierra, bueno de hecho hierba en una finca privada del pueblo de Zug, a diez kilómetros de Zurich.
Cuando bajó del avión a Carlos le costaba mucho caminar. Tenía las piernas dormidas. Poco a poco se iba recuperando.
- ¡Guauuuu Ignacio! ¡Ha sido increíble!- le decía Carlos a Ignacio
- Un poco largo, pero al final hemos llegado- dijo Ignacio.
En esos momentos vieron como se acercaba una limusina a buscarlos para llevarlos por carretera a Zurich.
Carlos agradecí a Ignacio el impresionante vuelo y saludó a un señor elegantemente vestido con traje oscuro, presentándose como Thomas Sneed y Carlos se introdujo en la limusina.- Hola Sr. Belmonte. ¿Ha tenido buen vuelo? – Debía ser el hombre de confianza de Gates en Suiza.- Me llamo Thomas Sneed, trabajo en el Hotel Ritz y le atenderé en lo que necesite en su estancia en Zurich.
En la recepción del Hiltón, le dieron la llave de la habitación ciento once que tenía reservada por Gates, también le dejaron una nota que ponía a las nueve tenemos mesa en el Alfred´s. Cuando entró a la ciento once se quedó impresionado con la habitación. Era una Suite de lujo. Luego Carlos se enteraría que era la mejor habitación del Hilton y permanentemente reservada al señor Gates. “!Pero si es más grande que mi apartamento de Muntaner!, pensó Carlos.
Tenía poco tiempo para ducharse, pero le sentó de miedo. Quien dice que volar no cansa, pensó Carlos.
A las 9 de la noche Carlos e ya estaba sentado en la mesa reservada en el Alfred´s .
“Por lo visto lo de la puntualidad suiza se debería referir a los lugareños” pensó Carlos.Con veinte minutos de retraso apareció Gates, vestido de sport, con bleiser, tejanos y con zapatillas de deporte. Lo de la elegancia no iba con Gates, era americano con los gustos americanos. Y ante todo practicidad.- Hola Carlos. Perdona por el retraso. – Se disculpó Gates extendiéndole la mano.- No te levantes por favor.



-Hola Bill. ¿Cómo estás?- le dijo educadamente Carlos.
Se acercó el maître y Carlos se dejó aconsejar, tanto el primer como el segundo.
La bebida era un excelente vino reserva especial de Burdeos para Carlos, y una Coca.Cola para Gates.Gates estaba de muy buen humor. Le comentó lo que le gustaba Suiza y que solía visitarla dos veces al año. -Así que habéis tenido buen vuelo con Ignacio? – Le preguntaba Gates- Si muy bueno, al principio acojonado por tener de viaja con ese trasto pero cuando empecé a cogerle confianza me encantó....una experiencia increíble- le comentó Carlos sonriendo.
-Mis hombres detectaron que te estaban vigilando, por lo que la única manera de esquivarlos era que viajarás en la Tiger. Ignacio es un buen amigo que le encanta volar. La vuelta será diferente, Carlos, - dijo Gates relajado- piensa que con el “espionaje” a que estás sometido, era la única forma de sacarte del país y no ser detectado por los radares. La mejor manera era volar bajo, a 300 pies …me alegro que lo hayas disfrutado, piensa que es un autentico privilegio volar en una de esas “joyas” de la aviación.- Me querías proponer algo. ¿No? – preguntó Carlos con impaciencia.
- Si desde luego, pero de momento ya me has defraudado.- dijo Gates cambiando de tono.- No se a lo que te refieres, Bill. Porque te prometo que no he hecho nada que te pueda perjudicar…-Carlos ya se imaginaba a lo que se refería Gates.- Me han informado que todavía no has dado la orden de devolver la transferencia de Slim.- dijo Gates mirándole a los ojos con una expresión como exigiéndole una explicación.- Es cierto, Bill. Pero me llamó el director de la oficina diciéndome que la transferencia no sería operativa en una semana... y yo pensé que a la vuelta de Zurich... - se notaba que me excusaba-- Esto es jugar a dos bandas, Carlos. No sé si te habrá invitado Slim a su isla en el caribe.. Es un clásico. Es su manera de hacer negocios. Esta vez se ha equivocado, porque me ha traicionado. Respecto a ti si no rechazas esa transferencia no podemos ni empezar a hablar-- Pero debe entender Bill que es una cantidad considerable, y además tampoco es definitivo...no sé si me explico. En cualquier caso tampoco hemos llegado a ningún acuerdo contigo- Le dijo Carlos.Bill Gates le generaba cierto nerviosismo. No muy buenas vibraciones. Por una parte le exigía una cierta fidelidad cuando no había habido propuesta.- Si aceptas mi propuesta, mañana Thomas te acompañará al Credit Suisse, en donde te presentará al director del banco. Llamarás desde su oficina al director de tu Banco y le comentarás que retorne la transferencia porque ha habido un error.En cuanto a mi propuesta es comprarte los todos los derechos y patentes de Fertex.- Gates sonreía- Luego te irás a Connecticut, en donde tenemos unos laboratorios y te quedas una semana explicando a mis químicos todo sobre Fertex.Es decir quiero que mis químicos sepan más que tú sobre tu producto. Entonces te volverás a Barcelona y te olvidas de todo.
- No hemos hablado cantidades…-le dijo Carlos





-Si aceptas, Thomas te entregará mañana un talón de veinte millones de Euros. Y puedes abrir en el mismo banco una cuenta, y así te librarás de los impuestos de tu país.- decía levantando la copa de champagne y bebiendo un pequeño sorbo.En ese momento, a Carlos se le caía la cuchara repleta de una crema de helado sobre su camisa dejándola hecha una porquería.
Carlos rápidamente fue asistido por un camarero que le ofreció una servilleta y un poco de talco, para limpiar un poco la camisa y disimular un la mancha.Carlos no sabía si reír o llorar. Porque eso significaba que lo había conseguido. Era millonario. Y podía vivir como quisiera. Si aceptaba claro. No podía olvidar que en el Banco disponía de un talón de cuatro millones de Euros de Carlos Slim.

- ¿Cuanto tiempo tengo para responderte? - le preguntó Carlos- A partir de ahora…!diez minutos! – Gates era listo. Ya sabía que cuando le comentado la cantidad de veinte millones de Euros a Carlos le había cambiado el rictus aunque intentara disimular. ¡Y a quién no!- Discúlpame Bill, permíteme ir al baño a limpiarme la camisa.- decía Carlos mientras me levantaba de la mesa.Carlos entró en el baño. Se miró al espejo. Se le escapaba la sonrisa. Eligió una toalla del toallero, hizo con ella una pelota y se la colocó presionándose la boca para que no se escuchara nada. Y gritó con todas sus fuerzas: Siiiiiii!!!!!!!!!! Siiiiiiiiiiiiiii!.Luego se mojó la cara y se volvió a mirar al espejo. Y esta vez sin toalla y sin gritar dijo; ¡no!Carlos regresó a la mesa, se sentó y le dijo a Gates:-Lo siento Bill, pero no hay trato.
-¿Como que no hay trato?- le preguntó incrédulo Gates
-No lo sé Bill. Pero me lo debo pensar. Gracias por la oferta. Es un sueño, pero yo quiero involucrarme en el desarrollo de Fertex…
-Ok Carlos. No lo entiendo, pero si ese es tu deseo…-
-Creo que sí





















Capitulo 14

“Hay que darle un sentido a la vida, por el hecho mismo de que carece de sentido.” Henry MillerCarlos había tomado una decisión. No le gustaba que Gates no le hubiera incluido en su proyecto.Tampoco Gates le gustaba como persona. Tenía un punto de miserable pensaba. Suponía que toda la historia de las ONG era por interés de su ego.El afán de Gates era el de dominar a todo el mundo, de la manera que fuese.Probablemente el ahorro impositivo de sus ayudas a ONG le representaba al final un beneficio. En cualquier caso Carlos estaba a favor de cualquier ONG.Si algún día Carlos le explicara a su amigo Eduardo que había rechazado un talón de veinte millones de euros al señor Gates le mataría directamente.Carlos era un romántico. Creía que podría desarrollar Fertex. No tenía el apoyo de Gates pero parecía que se podría entender con Slim. No era una cuestión estrictamente de dinero porque si llegaba a un acuerdo con Slim tendría ipso facto los cuatro millones de euros, y eso para Carlos, era más de lo que necesitaba para vivir con cierta tranquilidad.Carlos no supo que es lo que vio su cara esa segunda vez que se miró en el espejo del Alfred´s, pero se dio cuenta de que si dejaba que controlasen su proyecto y lo dejaran al margen de sería un desgraciado.Por otro lado, Carlos pensaba que sería de su vida con esa fortuna...joder Belmonte! Ni lo pienses!,se decía.Pero no lo podía evitar de vez en cuando le salía la vena materialista y pensaba “Carlos Belmonte...Eres un auténtico imbécil. La has cagado chaval”.Decir tiene de las malas formas de Bill Gates que no se dignó ni a pagar la cuenta del restaurante.Carlos Belmonte se indignó con Gates. Ni pagó la cuenta del restaurante ni la del hotel. Y Thomas ya no volvió a aparecer. Suerte tuvo Carlos de encontrar un tren que partía por la noche de Ginebra a Barcelona.En fin, que la decisión estaba ya tomada.
Carlos consiguió dormir toda la noche en el tren. Llegó a la estación de Sans a las siete de la mañana. Cogió un taxi y se fue a su casa.
Estaba descansado, hacía buen día cuando llegó a casa.
Carlos ya tenía la puerta principal de casa arreglada. Pero de repente, se preocupo de su seguridad.
Ahora los hombres de Gates ya no le protegerían. Pero estaba convencido de que le estarían vigilando. Y eso era preocupante.
Carlos salió a la terraza. Sospechaba que debía tener el piso minado de micrófonos. Salió a la terraza para hablar con Slim.
-¿Carlos? Soy Carlos Belmonte- dijo Carlos
- Hola Carlos. ¡Ya era hora de que me llamaras! ¿No? – le recriminó Slim
- Slim. Perdona…pero ¿porque?- le preguntó Carlos aún sabiendo la respuesta
- No me jodas, Belmonte!...que seguro que cada día no te ingresan cuatro millones!
- Ah, era eso…Si claro que pensé que fuiste tú …quién sino? L o que ocurre es que como podrás entender, no me dijiste en concepto de que me ingresabas este dinero. No se si para desarrollar Fertex, o como adelanto por los derechos..




-Eres un boludo! Belmonte! . Los cuatro millones son para comprarte todos los derechos!
Mira vamos a hacer una cosa. Hoy es Domingo. El Martes te envío mi jet privado a Barcelona, y te vienes a pasar unos días a mi isla en el Caribe, y hablamos del tema…- comentó Slim
- ¿Puedo venir acompañado?- preguntó Carlos
- Ven con quién quieras, joder. Pero ven!

Carlos llamó a Gabriela Espona. La había tenido olvidada últimamente.
-Gabriela, soy Carlos. Perdona que hace tiempo que no te llamo…es que he estado un poco pillado.
-¿Un poco pillado? Yo sí que estoy “pillada” .Después de la alucinante noche que pasamos…!no puedo dejo de pensar en ti!- gritaba Gabriela
-Bueno, bueno…eso tiene fácil solución…¿que haces de Martes a Domingo de la semana que viene?- le preguntó Carlos
- ¿Cómo que qué hago? Pues trabajar. Como la mayoría de los humanos…supongo. ¿no?. ¿Porque lo dices?- Preguntó con curiosidad Gabriela.
- Porque te invitó a pasar unos días a una isla privada en el Caribe…pero como trabajas..no sé yo si…
-¡Valiente hijo de puta que estás hecho Carlos!. Claro que vengo, me invento una convención de última hora…tu no te preocupes dime cuando y donde…y ahí estaré!
- ¿Ves como a veces puedo ser convincente? Te vendré a buscar por tu casa el Martes. Ya te diré la hora..¿vale?- dijo Carlos
-Ok, Carlos. ¡Estaré preparada!.

Carlos pasó el domingo tranquilo. Pero cada vez que salía de casa intentaba descubrir donde podían estar los que le debían vigilarle…pero debían ser muy discretos pensó Carlos porque no vio a nadie sospechoso.
Slim le había enviado un e-mail a Carlos diciéndole que el comandante Martinez le llamaría para coordinarse.
El Lunes por la mañana sonó su Blackberry. Un número desconocido.
-¿Señor Belmonte ? Soy el comandante Martinez.
-Buenos días comandante…supongo que me llama para quedar para mañana ¿no?
- Correcto. La autorización de despegue la tenemos concedida a las once de la mañana…Es por ello que si le va bien quedaríamos en el aeropuerto del Prat a las diez en punto.
- Ok. Por mi perfecto. Pero el Aeropuerto es muy grande…¿cómo le encuentro, comandante?
-A las diez en punto en la escultura de Botero en la Terminal B y no se preocupe que yo le encontraré.¿ Le va bien Sr. Belmonte?
- Perfecto. Ahí estaré…y otra cosa...vendré acompañado de una persona.-le dijo Carlos.
-No se preocupe Sr. Belmonte. Ningún problema.








Carlos pasó a buscar por su casa a Gabriela, a las nueve de la mañana.
Graciela vestía tejanos y una camiseta blanca y bambas. Desde luego le sentaba bien el vestuario informal. Le hacía parecer algo más joven.
-Esperemos ir en un avión algo más moderno que la última vez…- le comentó Carlos a Gabriela en el taxi.
-¿Qué quieres decir?- preguntó Gabriela
-Nada, nada…cosas mías…No que la última vez que cogí un avión fue un biplano de mil novecientos treinta y tres…
- Del avión pocas bromas Carlos…que soy un poco aprensiva
-No te preocupes. Que cruzar el charco es cruzar el charco…seguro que será algo moderno- dijo Carlos intentando ser convincente, aunque tenía alguna duda. Si es que esos ricos a veces eran un poco estrafalarios.
Llegaron cinco minutos antes de las diez a la escultura de Botero, cuando un joven uniformado se les presentó.
- ¿Señor Belmonte? Encantado de conocerle. ¿Me siguen?
El comandante andaba unos metros por delante caminando deprisa. Gabriela y Carlos le seguían por el Terminal, metiéndose por unos pasillos internos de la Terminal . El comandante saludo brevemente a un agente de la guardia civil, y accedieron a la pista.
-Así da gusto. Sin ningún tipo de control. – le comentaba Carlos a Gabriela.
Mirándola Carlos pensaba que una de las cosas que le gustaban de ella era que cuando sonreía arrugaba la nariz de forma graciosa. No es que fuera una mujer espectacularmente guapa, pero desde luego era atractiva.Como Carlos no sabía si pasarían muchos controles, se le ocurrió guardar los polvos de Fertex dentro del frasco de champú H&S que utilizaba habitualmente.

Era una medida que desde luego por los controles que habían pasado no había hecho falta ser tan precavido. Pero es que en esas situaciones nunca se sabe. Se estaba acostumbrando a llevarse siempre Fertex. Le daba seguridad.
Carlos no tenía intención de utilizar Fertex, pero nunca se sabe. No le hacía ninguna gracia que los polvos Fertex se parecieran a polvos de Cocaína. Solo esperaba que no lo confundieran en la Aduana por droga.
Les acompañaron en un pequeño utilitario hasta la escalerilla del avión, en donde les esperaban dos azafatas uniformadas.El avión de Slim era lo que me imaginaba. Era un jet a reacción equipado con todo tipo de comodidades.
- Sr. Belmonte y Sra. Espona sean ustedes bienvenidos.- le decía la azafata más alta.
Una azafata les mostró el avión. Todo era de maderas nobles.
Dos habitaciones de lujo. Despacho, dos lavabos. Salón. Era un autentico apartamento de lujo.
Las dos habitaciones con cama de matrimonio.
-¿qué habitación es la tuya?- le preguntaba sonriendo Carlos a Gabriela.
- La del comandante ¡so capullo!



Mucho se ha hablado sobre hacer el amor a doce mil pies. Pero lo verdad es que Carlos no notó diferencia alguna, probablemente la influencia de las burbujas del Veuve Clicott, el champagne francés que les sirvieron de bienvenida habría influido, pero no notó sensaciones especialmente diferentes.
Poco que comentar sobre la cocina de a bordo. Eso era nivel.
Ya les gustaría a algunos de los mejores restaurantes de la ciudad, tener exquisiteces como las que servían en el avión de Slim.
Gabriela estaba encantada. Pero también estaba sorprendida del alto nivel de Carlos Belmonte.
-Cariño, ¿te debes haber arruinado montando un viaje como éste? – le preguntó Graciela fumándose un cigarrillo desnuda mirando el techo de la habitación.
-Tú te mereces esto y mucho más…- le susurraba besándole la oreja
Carlos le explicó Gabriela que el avión era de un amigo suyo mejicano, y que la isla donde iban también. Que iban a disfrutar de unos días invitados, que el debería cerrar un negocio con su amigo pero que a ella no le afectaba.
- ¡Joder Carlos! Vaya nivelazo…o sea que todo esto forma parte de un “business” no?-
- Si lo quieres decir llamar así…pero ¿te molesta?- le preguntó Carlos.
- En absoluto Carlos…si se trata de que tu amigo quiere que disfrutemos porque te quiere embarcar en un negocio…tendremos de disfrutar ¿ no?- dijo Gabriela mientras se le montaba encima buscando provocarle.
Y volvieron a hacer el amor de “altura”. Gabriela era insaciable. Carlos pensó que ya era tarde para reaccionar pero que en el vuelo de vuelta experimentaría él con el Fertex.
- ¿Y se puede saber como se llama tu amigo?. Vamos si consideras que una humilde trabajadora lo podría saber..- preguntó Gabriela mientras se iba vistiendo.
- Faltaría mas…Mi amigo se llama Carlos. Como yo. Carlos Slim.
- ¿Carlos Slim? ¿El Carlos Slim, el magnate mejicano?
-Si. El mismo
-Joder Carlos…que capullo!...¿como has podido hacerte amigo de un tío como ese?-Es una larga historia…pero ya te la explicaré…cuando escriba el final.

Después de nueve horas de vuelo, dos comidas, dos polvos, una pequeña siesta y una botella de champagne francés empezaban el descenso hacia la Isla de Cayo Blanco. La isla privada de Slim.
En la aproximación del avión a la isla, Carlos y Gabriela observaban perfectamente la inmensa mansión rodeada de jardines y un embarcadero con varios barcos atracados.
-¡Mira Carlos! ¿Has visto que contrastes de azules tiene el mar? Es alucinante...- decía emocionada Gabriela pegada al la ventanilla.
Gabriela tenía razón. Los contrastes de los colores del mar , tonos azulados y verdosos alrededor de la isla.

El aterrizaje fue perfecto. El avión se paró a pocos metros del final de la pista. De hecho solo tocar tierra el comandante Martínez activó los inversores para que con el motor pudiese frenar al avión.
- Señores. Bienvenidos a Cayo Blanco. La hora actual son las cuatro de la tarde y la temperatura es de 28 grados.- Decía Martínez por la megafonía interna del avión.





Les estaban esperando dos chicas ataviadas con faldas floreadas y un top a conjunto. Que le dieron la Bienvenida. Mientras que un joven de color cargaba las maletas en el Hummer limusina,
Llegaron a la mansión en tan sólo cinco minutos, en donde les salieron a recibir un uniformado mayordomo de color y una sirvienta también de color.
Les acompañaron a sus habitaciones. Era como un pequeño hotel de lujo. Frutas de regalo.
El mayordomo que se llamaba Gregorio les explicó los horarios de almuerzo, comida y cena. Además les describía las actividades de ocio que podían hacer.
En la isla trabajaban treinta personas que se encargaban de que todo estuviera en perfectas condiciones.
Gregorio les comentó que Slim les pedía que le disculparan que llegaría al día siguiente debido a que tenía una importante reunión en Brasil.
Tenían tiempo de relajarse y pasear. Su fueron dando un paseo a la playa privada en traje de baño.
Eran las cinco de la tarde. No habían decidido que actividades realizarían pero no se querían estresar.
Se acercaron a un embarcadero donde estaban amarradas varias embarcaciones.
Decidieron dar una vuelta en velero. Cuando Carlos le preguntó al encargado del embarcadero en cual de los cinco veleros de diferentas medidas podían navegar, les preguntó por la experiencia y si recitaban algún patrón que les acompañara.
- Tengo experiencia y en mi país suelo navegar, por lo que preferiríamos ir solos.
- Ningún problema señor. Coja el barco que quiera. Y piense que se hace de noche dentro de un par de horas. Creo que esta embarcación le gustará- le dijo el joven encargado señalándole una embarcación toda de madera de unos ocho metros.
- Ok. Perfecto…si me explicas como se monta…
- Faltaría más señor
Gabriela se esperaba en el pantalán del embarcadero, mientras Carlos y el joven subían al barco, en done le daba todas las instrucciones y consejos del aparejo del barco. Aprovecharon para izar la mayor (vela principal) y preparar la maniobra para izar el foque (vela pequeña situada delante del palo.)
Una vez con todo preparado Gabriela se subió a la embarcación ayudado por el encargado que aprovechaba para salirse del barco y ayudar a soltar amarras.
El barco era un precioso velero llamado Fil. Duchtmann. Había sido un barco que participaba como clase olímpica y era de los más rápidos.
El viento de fuerza tres, el suficiente para escorar un poco el barco en el rumbo de ceñida .Era gracioso que las gorras llevaban el nombre impreso de Telmex, una empresa de Slim con un nombre muy parecido a Fertex.
Gabriela no sabía mucho como ayudar a Carlos, pero Carlos solo se apañaba bastante bien.
El sol ya no quemaba tanto a pesar de que les habían proporcionado protección solar y gorras.
El único sonido del agua chocando contra la proa, la temperatura perfecta, la brisa en la cara, el entorno paradisíaco y un poco más tarde el jugueteo del grupo de delfines alrededor del velero hacia de la navegación un sueño.
Carlos y Gabriela estuvieron una hora aproximadamente navegando.



Mas tarde un poco de “snorkel”. Con este nombre parece que sea una actividad impresionante, pero en realidad es simplemente mirar con gafas de bucear y pies de pato.Cuando anocheció les prepararon una barbacoa en la playa con un atún delicioso.
Al día siguiente Carlos y Gabriela se despertaron tarde. Desayunaron en la terraza de habitación dispuestos a pasarse el día en la playa.
Unas hamacas en la sombra de unas palmeras que llegaban hasta el mar. Arena blanca.El paraíso debía ser algo parecido.
Combinaron el snorkel con el “hamaking”. Carlos se pasaba la mayoría del tiempo en el agua.
Le comunicaron a Carlos que Slim aparecería para cenar a las nueve en la mansión.
Se acicalaron para cenar. Carlos había evitado explicarle a Gabriela todo lo relacionado con Fertex, lo único que sabía era que tenía alguna relación de interés comercial con Slim.
Carlos no olvidaba que Gabriela trabajaba para la competencia de Estivi y no le interesaba que supiera que existía un producto como Fertex. La presentación fue muy cordial. Carlos Slim iba acompañado de Belén, una impresionante brasileña de unos 25 años.La cena fue muy agradable con un autentico dispendio de marisco y caviar de todos lo colores.
Slim no comentó nada de Fertex durante la cena, detalle que Carlos agradeció.Cuando acabaron de cenar Slim y Carlos se disculparon ante Gabriela y Belén,
Argumentando que debían de tratar asuntos comerciales y pasaron a un salón en donde degustaron un Malta Maccallan mientras Carlos Slim cogía la iniciativa de la conversación.
- Me alegro que pasarais un gran día con Gabriela, es una gran mujer – comentaba Slim mientras se servía agua en los anchos vasos de cristal trabajado de Murano.- Sí. Gabriela lo es. En cuanto a tu isla, es maravillosa .Ha sido fantástico. Muchas gracias Carlos.- Te conformas con el ingreso ¿no? – preguntaba Slim sin rodeos.- Bueno deberíamos aclarar lo del concepto…algo que me tendrías de aclarar. ¿no?- dijo Carlos mirándole a los ojos e Slim.- ¡El concepto parece claro! . Esto es un contrato, Carlos, yo te pago los 4 millones de Euros, y tú me cedes todos los derechos de Fertex. Ya nos preocuparemos en darle una rentabilidad- me explicaba Slim-- Cuando te refieres a “nos” entiendo que me incorporarás como responsable de Fertex.- le aclaraba a Slim.- Carlos, Carlos, hijo mío... ¿es que no sabes como van estas cosas?. Mi intención es intermediar en la venta de Fertex. Yo puedo encontrar compradores. Incluso parece que el Gobierno Mejicano podría comprarme los derechos. Los contactos lo son todo.- decía Slim después de un gran sorbo de Malta.







- Carlos Belmonte se quedaba perplejo. La intención de Slim no era desarrollar el proyecto Fertex, sino ganarse una comisión de intermediario, sin preocuparle lo peligroso que podía ser venderle la formula a según quién.- Desde luego culpa mía el no haber sabido explicarle mis intenciones sobre la búsqueda de aplicaciones para Fertex. Pero no quiero apartarme del proyecto Sr. Slim. Realmente lo que me interesa es involucrarme en su lanzamiento y comercialización.-- Carlos, hijo. No vengas ahora hablando de proyecto o de lanzamiento. Porque el mundo se mueve por otros parámetros. Están los pobres que sois casi todos y los ricos que somos pocos.No hay más- seguía diciendo Slim- Dejemos a los científicos que hagan de científicos pero nosotros no podemos perder más tiempo. Y no te engañes, que eres un buen químico pero tampoco eres una eminencia a pesar de tu descubrimiento.- Pero, por lo mismo ¡Bill Gates me ofrecía veinte millones! – Le argumento Carlos.
Para Carlos el dinero era secundario pero debía reconocer que la oferta de Gates era mucho mejor. Y para el desarrollo de Fertex, Mucho menos peligroso.- No sé que decirte, muchacho. Sabes que Fertex es un producto que según tú se tiene que desarrollar y con mucho riesgo que se prohíba por temas de ética legal. Así que o lo tomas o lo dejas.
- No me queda más remedio que rechazar su propuesta ser. Slim. Intentaré desarrollarlo y creo que es lo suficientemente interesante para encontrar financiación.
- Buena suerte pues. Ya lo sabes. Si me necesitas me llamas, porque me has caído bien. Y por eso creo que lo tendrás complicado porque son muchos los que van detrás de Fertex. Creo que no ha sido muy inteligente presentarte en mi isla con la novia de Abramovich.- Qué dices,! no puede ser cierto!- le gritó Carlos esperando que fuese una broma de mal gusto.- Ya. Típico. No te ha dicho nada. Lo siento chaval. Pero ves con cuidado.- Decía Slim mientras sacaba de un portafolio de piel una foto en la que se veía a Gabriela y Román Abramovich bailando en Formentera. Se la enseño a Carlos. No había dudas. Slim lo decía en serio. A Carlos le cayó como un jarro de agua fría. El no haber tenido negocios con Slim había sido un golpe, pero lo de Gabriela era muchísimo peor.


















Capitulo 15
”Hay que darle un sentido a la vida , por el hecho mismo de que carece de sentido” Henry Millar


Carlos no le comentó nada a Gabriela después de la conversación con Slim.No me le apetecía acostarse con ella esa noche. Se sentía muy decepcionado. Carlos argumentó que se encontraba indispuesto debido a la cuantiosa ingesta de alcohol y de marisco.
No pegó ojo en toda la noche. A pesar de tomarse un “orfidal”.
Lo único que le explicó a Gabriela es que al ver que no llegarían a un acuerdo, habían decidido volver a Barcelona lo antes posible. Saldrían por la noche, porque el avión no estaría preparado hasta las ocho de la noche.
Aprovecharon todo el día descansando en la playa. Para evitar el tener de estar mucho tiempo junto a Gabriela, escogía un velero de un tripulante, llamado Laser, para así escaparse de la playa y navegar por aquellas aguas. Carlos necesitaba pensar.
Estuvieron pasando un buen rato en la playa con Slim y Belén.
Era como si los negocios se mantuvieran al margen, y tenían de aprovechar para disfrutar de ese entorno idílico. Después de otra barbacoa en la playa , se despedían de los anfitriones y se retiraban a la mansión para recoger sus equipajes para luego ser acompañados en el Hummer a pista donde les esperaba el fantástico Jet..Carlos intentaba disimular su enfado aunque le costaba lo suyo. Estaba distante, se excusaba argumentando la indigestión de la pasada noche.Gabriela no paraba de preguntarle sobre cual era el negocio que tenía con Slim pero continuamente Carlos evitaba sus preguntas. Carlos se limitó a decirle que seguiríamos en contacto pero no habíamos cerrado ningún trato.Carlos la miraba mientras dormía y no dejaba de pensar en Abramovich, pero sobre todo en Curt.Gabriela notaba el cambio de actitud de Carlos. No era tonta.Debía sospechar que Carlos sabía algo. Gabriela no paraba de usar su Blackberry y Carlos se imaginaba que se estaría comunicando con Abramovich.Carlos aprovechaba mientras Graciela dormía plácidamente en el avión para hacer una composición de lugar de cómo había cambiado el panorama de Fertex y el suyo con respecto a la primera presentación en el Circulo de Liceo. Se daba cuenta de que la gente tan poderosa era gente sin escrúpulos, por eso habían llegado donde habían llegado. Carlos sacaba también la conclusión que era difícil que se dieran por vencidos. Y eso era malo, pero en esos momentos también bueno, porque no debía olvidar que todavía no había conseguido financiación para Fertex.Otra conclusión era que todos esos magnates tienen sus sofisticados sistemas de seguridad y espionaje, y todos se vigilan entre ellos. Y lo que es lo peor también le vigilarán a él..También entraba en escena otro magnate Ruso que es Abramovich, a priori el más peligroso, porque secuestra y torturar, influenciable por la presión de Gates. En realidad le debía la vida a Bill Gates..


Por último para complicar más la situación está su situación sentimental, Con una relación de muchos años con Victoria truncada de golpe, si bien es cierto que la situación ya estaba erosionada, y después con Gabriela, directora general de unos laboratorios competencia de Estivi y que a su vez la relacionaban con Abramovich. Curiosa coincidencia.Después estaba Fertex, que tenía mucho interés para desarrollarlo como producto de poder controlar la reacción de la gente por parte de un Gates ambicioso y dominador de todo, y la visión de Slim como comisionista para venderlo también sin escrúpulos al mejor postor.Y en medio de todo ese enjambre estaba Carlos Belmonte, ingenuo químico con los arrestos suficientes para haber desestimado cuantiosas sumas de dinero, pero bajo un cierto romanticismo de continuar con un producto que a buen seguro no le dejarían desarrollarlo.En el mejor de los casos aparecería un día con un tiro en la sien, un asesinato de esos que se producen frecuentemente en Barcelona.Carlos Belmonte estaba jodido. Bien jodido.Disponía de los ingresos del despido de Estivi, que durante un tiempo le permitiría sobrevivir pero para desarrollar Fertex necesitaría captar más ingresos.Aterrizaron en el Prat a las cuatro y media del sábado.
Se despidieron de la tripulación y del comandante Martínez, y cogieron un taxi.
Primero el taxi paró en casa de Graciela. Carlos la acompañó hasta la portería despidiéndose efusivamente de Gabriela, Carlos después de valorar pros y contras seguiría disimulando. Quedaron en que se llamarían.- Me lo he pasado en grande Carlos. Mil gracias. Lástima que no estuvieras fino los últimos dos días.- le decía Gabriela rodeando su cuello con sus brazos.
Carlos pensó que tenía que ser muy cauto en sus movimientos. Cuando el taxi le dejó en la calle Muntaner en lugar de entrar en su portería cruzó la calle y se dirigió al hotel NH de enfrente.Carlos se imaginó que le estarían vigilando.Hizo el check in. Se instaló en la habitación y al cabo de media hora subió al ático del hotel donde se situaba el bar terraza, y desde donde podía ver perfectamente su ático y el salón de su casa. Podía controlar si había movimientos en casa. Y mientras disfrutaba de un Gin Tónic observó como se encendían las luces del salón y a dos hombres entrando y saliendo de la terraza.Al día siguiente Carlos llamó a Cifuentes del Santander, y le solicitaba que devolviera los cuatro millones al Banco Mejicano. La argumentó que había habido un lamentable malentendido.
Pasada una hora, en concreto a las doce del mediodía Carlos se presentaba en el banco de Santander para cancelar su cuenta y retirar todo el dinero al contado, ante la incredulidad de Cifuentes. Había pasado de tener a unos de los mejores clientes del Santander a en tan solo una hora no tenerlo.Fertex le había permitido soñar a Carlos, pero ahora empezaba a ser realista y darse cuenta de que difícilmente podría desarrollar su proyecto, y que éste se había convertido en su perdición.La mandíbula le seguía doliendo por lo que acudió a un dentista argumentando urgencia.




El dentista se quedó asustado del destrozo que le habían hecho en la boca.Después de varias radiografías de la boca, el dentista constató que debajo de una funda tenía un mecanismo electrónico que desconocía.¡Sáquemelo como sea!- le exigía Carlos al dentista. Le levantó la funda de la muela, y le extrajo ese dispositivo minúsculo. Se lo enseñó el dentista a Carlos con las pinzas finas y lo introdujo en una bolsita de plástico.¡Cabrones! – Pensó Carlos- . ¡Seguro que me dejaron ir porque me habían instalado un localizador!Carlos tenía ganas de explicarle a alguien lo que le pasaba, pero era demasiado peligroso.Se sentía amenazado no dormía bien y tenía pesadillas. “Pues… ¡vaya puta mierda esto del Fertex!. – pensó Carlos.Debería desaparecer por un tiempo. Porque era obvio que en el NH Carlos Belmonte no podría permanecer mucho tiempo sin que le localizaran. Si no lo habían hecho ya.Carlos tenía a su Harley Nighsteer en el parking situado a escasos metros del hotel. Pero consideró que no era prudente cogerla, porque entre otras cosas las llaves las tenía en mi ático.Durante las tres primeras noches que durmió en el hotel Carlos seguía viendo luz y movimiento en su casa. No había duda, le estaban esperando.































Capitulo 16

“Hay dos maneras de vivir la vida: una como si nada es un milagro, la otra es como si todo es un milagro” Albert Einstein

Carlos Belmonte no podía luchar. Le acabarían matando después de torturarle y sacarle toda la información sobre Fertex. Fue una suerte que en el submarino no habían tenido tiempo de sacarle a Carlos la información porque a buen seguro Curt hubiese conseguido con sus métodos información sobre el blog en donde ocultaba la información de Fertex.Carlos decidió acabar con todo eso lo antes posible. Ya se le ocurriría la manera de avanzar en el desarrollo de Fertex.Habían pasado diez días de la reunión de Zurich, pero igual no era demasiado tarde, pensó.
Era vital llegar al acuerdo pactado con Gates. Pero sobretodo necesitaba su protección.Este tipo de gente cuando se obsesiona con un objetivo, no para hasta conseguirlo. Lo tenía de intentar.
Carlos decidió tragarse el orgullo, luego ya vería como podría desarrollar Fertex. Llamó a Gates.- Hola Bill – dejaba un mensaje a su contestador – Soy Carlos Belmonte....Esto,... que me lo he pensado y si todavía esta vigente tu oferta para Fertex... pues que sí... pero necesito hablar contigo.No habían pasado más de 15 minutos, cuando sonó el teléfono. Era Gates.- Diga – contestó Carlos haciendo ver que no sabía quien era- Soy Bill – contestaba Gates- He escuchado tu mensaje. Pero antes de contestarte sí o no, me gustaría saber a que se debe te cambio de opinión. Porque parecías tan convencido...- Bill, escucha. Me equivoqué... porque pensé que Slim me podría dar apoyo económico, pero sobretodo me dejaría liderar el proyecto. No fue así. Lo único que pretendía es poder vender la patente y obtener una comisión... – dijo Carlos con un tono como si estuviera decepcionado con Slim- Si. Ya sé que estuviste en su isla el pasado fin de semana – me comentaba.- Bueno, hablaré con mis asesores para que queden contigo hoy mismo.Ufffff – pensó Carlos- ¡A Gates le sigue interesando Fertex!.- Entonces, lo dicho... quedamos en veinte millones de Euros y una estancia de una semana en Connectituc. ¿No?- le preguntaba apretando el puño mientras esperaba la contestación.- Mmmmm.....veinte millones es mucho. Y más ahora, en que sabemos que estás en una situación limite, y viviendo en el hotel NH de delante de tu casa....- Le contestaba Gates.Demoraba la contestación expresamente. ¡Eso era peor que una sesión con Curt!. Le hubiera gustado haberle dicho de todo, pero esta vez se aguantó. Se jugaba mucho.- Bueno va... OK. – Se pronunció Gates finalmente – Pero que conste que tú y yo sabemos que con dos millones hubieses aceptado e incluso con uno... pero voy a hacer un “acto de fe” contigo. Pero será la última vez.




- Ok Bill. Cuenta con ello .Entonces entiendo que todo tira adelante. Ya me indicareis cuando deberé ir a Midletown (Connecticut).Otra cosa quiero que me vuelvas a proteger... Para mí es vital sentirme protegido – Dijo Carlos pensando en Curt.En cualquier caso Carlos suponía que la gente que había en casa eran los matones de Gates..- Carlos. A Middletown (Connecticut) deberás ir este Domingo para el Lunes empezar a trabajar. Lo tendrás todo preparado. Y respecto a lo de la protección... no te preocupes. Cuenta con ello. Bye Carlos – se despedía Gates.A partir de aquel momento Carlos se quedaba tranquilo. Además de la seguridad “per se” existía la otra seguridad que produce saber que en breve iba a disponer de veinte millones de Euros.Carlos consideraba que se había vendido. Pero sabía también que no había tenido opción.Pasada una hora de su conversación con Gates, volvía a sonar su móvil.Era Thomas Sneed, el jefe de protocolo del Hilton de Zurich.- ¿Señor Belmonte? Hemos recibido orden de preparar una documentación para que la pueda firmar esta misma tarde. Pregunte por mí en el Hotel Ritz de Barcelona, y le entregaremos un cheque con el importe acordado... a las 5 de la tarde. ¿Correcto?. Ah, otra cosa, no sé de que se trata pero que le informe que si quiere ya puede ir a su casa.- dijo Thomas- Muchas gracias por todo- dijo Carlos.Al fin. Carlos veía la luz. Respiraba tranquilo sabiendo que difícilmente le pasaría algo bajo la protección de Gates.Carlos volvía a ser feliz. La sensación del aire en la cara paseando por la Gran Vía en su Harley Nighsteer hacia el Hotel Ritz...A las cinco en punto llegaba al Hotel Ritz y no tuvo de preguntar por Thomas en recepción porque ahí estaba. Esperándole en recepción.
Se saludaron y fueron directos a una sala privada. Donde esperaba un notario.
Tomaron asiento y el Notario Marques procedió a la lectura de las concesiones de la patente.
Después de las aclaraciones del notario, tanto Carlos Belmonte como Thomas que era a quien Gates autorizaba a firmar en su nombre.
Fue un mero trámite de firmas de concesiones y autorizaciones bajo la tutela del Notario Marqués.A las seis y media de la tarde Carlos ya estaba en su ático de la calle Muntaner, saboreando un Gin tónic desde la butaca de l ático de mi casa y contemplando ese papel en donde especificaba su nombre y el importe de veinte millones de Euros.Al día siguiente Carlos se dirigía en su Harley al banco de Santander para hablar con Cifuentes.Carlos llegó a las diez de la mañana y Cifuentes le atendió en su despacho. Que poco se imaginaba lo que se le avecinaba.- Usted dirá Sr. Belmonte, en que le podemos ayudar después de cancelar su cuenta- A Cifuentes se le notaba resentido con Carlos- Quería agradecerle el trato dispensado hasta ahora, ya que siempre me han facilitado todo... – dijo Carlos.- Es nuestro trabajo Belmonte – Cifuentes le dijo a Carlos. Lo curioso era de cómo







Ahora no tenía los cuatro millones era Belmonte y no señor Belmonte- Bien. Dicho esto, quería abrir una nueva cuenta – dijo Carlos- Encantado Belmonte. Y ¿qué cantidad desea ingresar para abrir la cuenta?- preguntaba Cifuentes.- Tenga. Ingréseme este talón, por favor... – le decía entregándole el talón.Siempre hay situaciones en las que a uno le cambia la cara. Pero la de Cifuentes era una mezcla entre asombro e incredulidad.
-Sr. Belmonte...no sé que decirle...!a disponer!.- decía Cifuentes.
Poderoso caballero Don Dinero, pensó Carlos.






































Capitulo 17

“Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir” Confucio

Carlos llegó a la sede de los Laboratorios de Microsoft en Middletown, una pequeña y bonita ciudad del estado de Connecticut , el lunes por la mañana.
Estaba muy cansado del viaje. Casi no había podido dormir por la noche, y llevaba muchas horas entre aeropuerto y aeropuerto.
Cuando llegó a la recepción de los laboratorios se encontró a Bill Gates, que le estaba esperando. Le hizo de anfitrión mientras el director de los laboratorios le enseñaba las instalaciones.
Impresionante la tecnología de los laboratorios
Carlos pensaba que en Estivi, estaban adelantados y que eran de los primeros en investigaciones de percepciones. Por lo que estaba viendo, estaba muy equivocado.
Esa misma tarde se puso a trabajar. Se reunió con los directivos, explicándoles las líneas de trabajo y el miércoles ya obtuvieron tuvieron las primeras muestras del Fertex americano.
Los investigadores se quedaron muy sorprendidos de las propiedades de Fertex. Conseguía que el cerebro olvidara vicios anteriores y en poco tiempo reaccionaba como se le enseñaba.
Estaba claro, que el Fertex podía provocar una revolución, por lo que se tomaron las medidas oportunas para que tan sólo dos personas del laboratorio pudieran conocer el principio activo.
La primera persona era Larry Petersen. Director general de los laboratorios y la segunda era Jane Godwill la directora jefa.
Con Larry no coincidió nada más que cuando le presentaron y cuando se marchó, pero con Jane estuvo Carlos trabajando cada día intensamente. Eran jornadas de dieciséis horas de trabajo, y prácticamente vivían en el Laboratorio.
Consiguieron encapsular Fertex, y se dieron cuenta de que no tan solo era ante la exposición visual y la ingesta del producto, sino que también el cerebro reaccionaba ante estímulos olfativos.
¡Si en Estivi llegaran a saber, las posibilidades aplicadas a las fragancias!- pensó Carlos.
-Carlos, ¿tu has llegado a experimentar directamente con Fertex? – preguntaba Jane
-Depende como lo mires. Yo directamente no, pero a amigas mías si. Y te puedo decir que sexualmente hablando es la bomba. Ni Viagras ni .drogas pueden generar esas reacciones tan viscerales.- respondió Carlos
Carlos le explico a Jane sin tapujos, como había conseguido mezclar el Fertex en el Gin tónic, y las reacciones tanto de Victoria como de Gabriela.
Bill el segundo día no apareció pero seguía muy de cerca los avances de Fertex.
Después de diez intensos días de trabajo, se dio por acabada la colaboración con Carlos.
Los del Laboratorio quisieron hacerle una fiesta de despedida. Y se fueron a cenar todos a un restaurante de la ciudad de Middletown (Connecticut).
Eran veinte personas las que se apuntaron a la cena de despedida. Era increíble pensaba Carlos que en tan poco tiempo pudiera haber tenido esa relación de amistad con esa gente. Ni en los diez años trabajando en Estivi había podido congeniar con tantas personas.






Si se lo ofrecieran, que no tenía sentido que lo hicieran, se plantearía quedarse a vivir allí.
En medio de la cena Jane se levantó de la mesa en varias ocasiones. Carlos no le dio la más mínima importancia hasta que Jane se le acercó cuando estaban tomando los postres.
- ¿Puedo hablar un minuto a solas contigo Carlos?- preguntaba Jane
- Vale. Ahora si quieres…- dijo Carlos levantándose de la mesa.
Salieron a la calle. Bueno más que calle era una ancha Avenida.
- Dime Jane…¿En que puedo ayudarte?- Le preguntó Carlos mientras se encendía un cigarrillo
- Quiero enseñarte que es lo que hago yo con mi novio…- Le dijo Jane mostrándole una foto a Carlos
- ¡Que puta eres!- le dijo Carlos a Jane, sonriendo mirando la foto en donde dos personas estaba en pleno acto sexual. ¿Cuándo me lo has puesto?
- En la crema de calabacín que te has tomado de primer plato.
Apenas tuvo tiempo Carlos de despedirse de los comensales, cuando notó que se le producía una erección. ¿Cómo puede ser?


Jane vivía en la típica casita americana, con garaje y jardín, en Middletown.
Vivía sola con dos grandes perros, pastores alemanes Jane. Jane tuvo el detalle de sacarlos al jardín. Solo molestarían. Carlos apenas tuvo tiempo de prepararse un Gin tónic que por supuesto no se pudo acabar.
- Jane, dime una cosa- dijo Carlos mientras se desnudaba-¿Tu también te has tomado Fertex?
- ¡Doble ración!- dijo Jane saltando sobre Carlos

Esa noche fue muy intensa. Realmente intensa. Tanto que perdió el avión de Hartfort (Connecticut) a New York. Estaba realmente agotado, y se dijo a si mismo que ya no tenía edad para tantos excesos, que una cosa era apetencia sexual pero otra era el sobre esfuerzo desmesurado.
Prometieron escribirse a través de la red social de Facebook.
Ella le explicaría como iba evolucionando Fertex y el le contaría que planes tenía de futuro.
La valoración final de su gira americana fue muy buena por todas partes. El había aprendido mientras trasladaba su know-how a los laboratorios.











Capitulo 18
“Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están medio muertos” Bertran RussellCarlos llamo a Gabriela solo llegar de mi estancia en Estados Unidos. Quedó con ella en su casa de la calle Muntaner..Ella se presentó. Más guapa que nunca. Aunque se sintiera traicionado, sin razón alguna porque desde siempre habían tenido una relación únicamente de sexo, por lo cual y estando ella casada, con hijos y sin intención de dejar a su marido, no tenían futuro. A Carlos lo que más le jodía era lo que se viera con Abramovich. Pero no por el hecho que se hubiera acostado con Abramovich, sino porque lo veía como a su torturador.Después de una frenética noche de sexo, pero esta vez sin Fertex pero completa en todos los sentidos. Los dos desnudos estirados en la cama a oscuras y fumando un canuto.- Sé lo tuyo con Abramovich – le dijo Carlos esperando que lo negara o que se alterara- ¿Qué sabes, cari?- me pregunto sin alterarse.- Que eras la amante de Abramovich. Y además te vi. en una foto en Formentera junto a él... .-le argumentó Carlos intentándole acorralarla.- Que tontos sois los tíos a veces... se os enseña una foto con unos argumentos más o menos morboso y caéis en la trampa - Se reía Gabriela – Ya me hubiera gustado haber tenido un polvo en su megayate... pero no lo conseguí. Es cierto que estuvimos en un chiringuito bailando muy acaramelados. Creía que lo había puesto cachondo... pero se fue y me dejó plantado. Creo que es gay. Pero... porqué te preocupas por él.Carlos había quedado en evidencia pasando un ridículo terrible. ¿Era porque Carlos se había enamorado de ella? No lo sabía , pero el hecho es que Carlos se la creía.Nunca acabaré de conocer a las mujeres... pensó Carlos.
A partir de aquel día se fueron viendo de vez en cuando.Con Victoria intentó un acercamiento. Le llamó .Pero le saltó el contestador y le dejó un mensaje para vernos, pero nunca me lo devolvió. Días más tarde se enteró por Felipe que al poco tiempo de que le despidieran Victoria salía con su antiguo ex jefe Julián Guinovart. ¡La muy zorra ¡
“Seguro que fue ella que le explicó algo de Fertex, y fue el motivo de mi despido” pensó Carlos.Había pasado tan solo un año y Carlos vivía intensamente, todas las experiencias que podía.
De todo tipo, tanto deportivo: Submarinismo en la polinesia francesa y el la gran barrera de coral Australiana. Esquí en chalets de lujo en las montañas de Canadá, safaris en el Serengueti; como Propuestas de ocio: Asistir a conciertos varios en cualquier parte del mundo, como el de Eric Clapton en Nueva York, Rollings en Australia, Bruce Sprinsteen en Londres y NY...









Lo único que conservaba de su vida anterior era su Harley Nightsteer.. Y las amistades claro. Los pocos amigos de siempre, aunque no sabía hasta que punto los debería considerar amigos. Nunca les expliqué nada.
Se compró un velero de catorce metros, un North wind, preparado para poder salir en solitario, y con el que solía salir dos o tres veces a la semana. Muchas veces me quedaba a dormir. Nadie le esperaba en casa.
Dejo el ático de Muntaner para pasar a una torre en la avenida Tibidabo.El dinero que valían las cosas le era totalmente indiferente. No se lo cuestionaba.Carlos tenía demasiado dinero para preocuparse.Hasta empecé clases de pilotaje de avioneta, con Ignacio claro.Tenía a las mujeres que quería. Pero solo había sexo.No quería más. Pero era presa fácil por mi ritmo de vida.
A veces quedaba con Gabriela, porque era la única que me daba más que sexo…mucho más.
Pero lo que son las cosas. No era feliz. Le fallaba algo en su vida para poder ser feliz. Aunque Carlos sabía perfectamente lo que le faltaba: Un proyecto.Intentaba llenar su vida de ocio y actividades a destajo. A sus amigos de siempre los seguía viendo, pero cada vez los encontraba más distantes. Ellos tenían problemas, o jefes cabrones, o no llegaban a los objetivos que les dictaban sus empresas. Que envidia. Distinguían entre los días laborables y los festivos. Disfrutaban el fin de semana porque trabajaban entre semana.Los amigos de Carlos luchaban por conseguir sus metas, cada uno a su manera.Carlos nunca les dijo nada sobre Fertex ni lo que le había ocurrido en los dos últimos años.En una fiesta, estando Carlos totalmente borracho comentó algo sobre Bill Gates, pero por suerte lo atribuyeron a la imaginación bajo los efectos del alcohol.Los amigos de Carlos atribuían a su capacidad de no parar de realizar actividades y no trabajar al hecho de que le hubiera tocado la lotería.Carlos Belmonte nunca lo negó, porque de alguna manera así había sido. Compadecía a los que les toca la lotería, porque pierden las ganas de luchar.Carlos organizaba fiestas que acababan casi en orgías. Si tenía que invitar a putas caras que entretuvieran a los invitados lo hacía, ellos quedaban encantados. Y Carlos también porque se reservaba a las más guapas. E incluso a veces se lo hacía con dos a la vez.Las resacas cada vez costaban más superarlas.Había entrado en un círculo vicioso. Pero eso, no le gustaba.














Capitulo 19

“La vitalidad se revela no solamente en la capacidad de persistir sino en la de volver a empezar” Francis Scout Fitzgerald

El impacto fue brutal.Según el informe de la Guardia Civil lo extraño era que, después de un choque frontal entre un Porsche 911 y una Harley Nightsteer encontraran al conductor de la moto con vida, porque tras en el fuerte impacto salió despedido de la moto, voló literalmente más de quince metros para golpear contra el asfalto en donde fue atropellado por un camión de Budwaisser. Un trailer de dieciocho ruedas.Al conductor de la Harley lo sacaron de debajo del trailer pero por suerte, si se puede hablar de suerte, ninguna de las dieciocho ruedas le había pisado. Le hubieran reventado.La Harley Nightsteer no voló y se incrustó de lleno dentro del habitáculo por el parabrisas del Porsche 911. De poco sirvieron los siete airbags que se indican en el catálogo de ventas del 911.No se sabe a ciencia cierta pero según un testigo presencial declaraba que le había parecido que la Harley invadió el carril contrario, por donde pasaba el Porsche a toda velocidad.El conductor del Porche murió en el Hospital desangrado. Le ingresaron en el Hospital de Can Ruti, y según decían todavía respiraba, pero con un manillar de Harley Davidson atravesándole el esternón.Al conductor de la Harley lo ingresaron en el Hospital de la Valle Hebrón. No se sabía si sobreviviría a la operación de urgencias. Tenía varias vértebras destrozadas, además de hemorragias internas.Una semana después de la operación y estando en la unidad de cuidados intensivos, Carlos Belmonte permanecía inmóvil como un vegetal. Bueno, esto es lo que se debían pensar los médicos. Pero aunque no se podía mover, ni ver, ni oler si que podía pensar y oír aunque no lo pudiese transmitir.Carlos Belmonte oía voces que no reconocía. No sentía dolor. Intentaba hablar o moverse, para pedir que no lo desconectaran pero no podía.Pero fue mejorando. A las dos semanas abrió los ojos. Ya veía y podía mover los párpados. Al mes empezó a mover los dedos de la mano y a poder hablar.- Bueno Carlos te noto hoy muy mejorado... – decía el Doctor Martín – Pronto podrás marcharte a casa.- Me gustaría saber dónde estoy y cuanto tiempo hace que estoy aquí doctor. – le preguntaba al Doctor- Lo siento Carlos. Pensaba que ya te habían informado.- el doctor cambió la expresión de la cara.Carlos pensó que era evidente de que le había pasado algo grave porque no se podía mover.- Soy el Doctor Martín, el responsable de la unidad de cuidados intensivos de Valle Hebrón.- le decía Martín tocándole el antebrazo.- Has tenido un accidente muy grave del que has estado a punto de morir. Llevas más de dos semanas ingresado y te estás





Recuperando bien.- ¿Cuándo podré salir de aquí Doctor?- Le preguntaba Carlos angustiado.-- Creo que si todo va bien en quince días podemos empezar a tramitar tu alta – dijo el doctor intentándole animar.- ¿Qué tengo exactamente Doctor? Y por favor la verdad. – Preguntó Carlos mirándole a los ojos
El Doctor Martín cogió una silla de la habitación y la colocó junto a la cama de Belmonte.- Bueno. Es complicado resumírtelo, pero lo intentaré. Ingresaste con hemorragias internas y muchas lesiones. Con fracturas en la clavícula izquierda, antebrazo, costillas varias, tibia y peroné... pero lo más grave es que tienes la columna vertebral partida por las vértebras 5 –7 y 11. - Le explicaba con franqueza el Doctor.- ¿Eso qué quiere decir exactamente Doctor? – preguntó Carlos temiendo la respuesta inevitable.- Eso quiere decir que puedes conseguir tener una vida con una calidad relativamente aceptable.
Pero no podrás volver a andar Carlos. Lo siento, tu lesión es irreversible y tendrás que aprender a vivir en una silla de ruedas...
Carlos cerró los ojos y lloró de rabia.Fue como si le hubieran dado un martillazo en la cabeza. Lo que las enfermeras no le habían querido explicar argumentando que no sabían la gravedad de sus lesiones ahora se lo confirmaba el Doctor.
A Carlos le deba la impresión de que todo lo que había conseguido en su vida no le servía para nada. No sabía si le interesaba seguir viviendo así. Pensaba Carlos.
-Déjeme solo doctor. Por favor- le pidió Carlos
-Carlos. Lucha. No sé si te interesará pero aquí en el Valle Hebrón disponemos de un servicio de psicólogos especializados en accidentes. Y son francamente buenos…
-Gracias Doctor.- dijo Carlos mirando hacia la ventana.
La habitación donde estaba la compartía con un paciente más. Estaban separados por una mampara de tela.
“Dios santo, como me ha podido pasar a mí”- pensaba Carlos.
-Lo siento amigo. –dijo una voz
-¿Quien eres? No te veo…- contesto Carlos
-Soy el tío que está jodido en la camilla de al lado tuyo. Creo que tendremos tiempo de conocernos…me llamo Luís, Luís Busques- dijo el vecino de habitación
Al día siguiente recibió una visita.
-¿Qué se puede? – preguntaba una voz conocida
Carlos la reconoció al instante.
-Pasa Gabriela…- dijo Carlos resignado. No tenía opción. No quería que se enterara de su lamentable situación pero ya era tarde.
-Me enteré por Slim. Me llamó para comunicarme que habías tenido un terrible accidente…-dijo Gabriela
- ¿Y cómo cojones sabía Slim del accidente?- dijo casi gritando Carlos
-No tengo ni idea …Carlos- respondía Gabriela
-Lo siento Gabriela. Tú no tienes la culpa de mi mala leche. Perdona…-se disculpó





Carlos- supongo que Slim, Gates y Abranovich todavía me controlan…
- ¿Qué has dicho Carlos?- Preguntó Gabriela como si no lo hubiera oído.
- Que estoy siendo espiado por los servicios de seguridad de todos los magnates mundiales…pero es una larga historia.-dijo Carlos
- Me da la impresión que tiempo tendremos Carlos. Lo quiero saber todo…
- Gabriela. Te agradezco que te preocupes por mí. Y de verás que aprecio tu visita. Pero no quiero verte más…- dijo Carlos
-Carlos…sé que no estás bien…pero me apetece estar contigo. Yo me he separado de mi marido. Era la crónica de una muerte anunciada…no pretendo estar contigo por pena. Eso es lo último que haría, pero no por ti sino por mí. Así que por favor dame una oportunidad. Y no pretendo ir a vivir contigo ni forzarte para nada. El tiempo dirá…
-No es que no este bien….es que ¡no podré andar jamás! Así que ya te puedes olvidar…y ves buscando a alguien que te de lo que yo no te puedo dar…-dijo Carlos
-¡Y tu que coño sabes que estoy buscando de ti! ¿Te crees que lo hago por pena? ¡Que poco me conoces Carlos- le dijo Gabriela levantándose de la silla y saliendo de la habitación.
Volvió el silencio a la fría habitación del Hospital de la Valle Hebrón
A los diez minutos su vecino de habitación rompió el silencio.
- ¡Creo que te has pasado dos pueblos!- dijo Luís
-Tu no te metas capullo!. ¿Quién coño te ha dado vela en este entierro?- le preguntaba Carlos
No hubo respuesta por parte de Luís. No sé volvió a dirigir a Carlos en los siguientes dos días
-Luís…¿estás despierto?- le preguntó Carlos
- Si. ¿Qué quieres?
-¿Realmente crees que me pasé?
-Si lo creo. El que estés jodido es un tema secundario. Porque los sentimientos son tema aparte, y hasta que no entiendas eso, no podrás superar tu lesión.
-¡Pero si soy un paralítico!- dijo Carlos
-¿y?
-¿Cómo que y?...Vamos a ver… ¿y tu que enfermedad tienes?
-¿Qué tiene eso que ver? O ¿es que depende de lo que tenga para que seamos amigos?
-No, no…supongo que no…pero he visto que tu a veces te puedes levantar…-dijo Carlos
-Carlos. Soy un enfermo Terminal de cáncer de pulmón. Lo he probado todo y me queda poco…
-Ostias Luís! Lo siento…
Carlos se sentía fatal. Se daba cuenta que había hecho el ridículo. Pensaba que Luís era muy valiente asumiendo su enfermedad y luchando hasta el final.
Los quince días que le comentó el Doctor Martín se convertirían en
Ocho meses si todo iba bien. Empezaría a final de mes las sesiones de masajes previas a las sesiones de recuperación.
Hablaba cada día muchas horas con Luís. Y cada vez lo apreciaba más.








Luís Busquets estudió económicas en la facultad de Bellaterra. Hijo de una familia humilde, se había abierto camino en el mundo de la empresa. Había pasado por varias consultoras y hasta hacía seis meses era director financiera de la empresa Levis Strauss.
Tenía novia y tenían planes de boda para cuando saliera del hospital y volviera a la rutina del trabajo.
Hacía seis meses aproximadamente empezó a sentir dolores en la zona pulmonar, que cada vez iban a más. Se hizo todo tipo de pruebas, pero los médicos no tenían dudas. Tenía cáncer de pulmón, ya lo suficientemente desarrollado para tener de operarle.
Le operaron si, y le sacaron lo que pudieron, que era relativamente poco por lo extendido que lo tenía. Tenía gracia. Nunca había fumado. Porque desde pequeño le habían dicho que podía coger cáncer, y vete aquí, la ironía del destino.
Empezó todo tipo de terapias. Sesiones de quimioterapia, pero no lograban reducir su cáncer. Los médicos le dieron tres meses de vida. Y ya llevaba seis. Se aferraba a la vida, por eso cuando su compañero de habitación Carlos Belmonte le explicaba lo jodido que estaba porque tendría de vivir el resto de su vida en una silla de ruedas, se descojonaba de risa. También debía entender que hasta hoy Carlos no sabía nada sobre su enfermedad.

Cuando le explicó todos los dolores que le producían las secuelas de la quicio, Carlos se sentía fatal y hasta pensaba en la suerte que tenía.
- Luís…te voy a explicar mi proyecto en la vida- le decía Carlos
- Explícamelo ya, porque pronto me iré…-dijo Luís con una entereza admirable.
Y así fue como Carlos le explicó todo sobre Fertex. Desde los inicios en Laboratorios Estivi hasta la venta de Fertex a Gates, pasando por su training en Connecticut.
También le explicaba los efectos y las posibilidades de Fertex y como el cerebro podía reaccionar a sus estímulos.
- Carlos, esto que me has explicado es la historia más fantástica que jamás nadie me ha explicado…Qué suerte tengo el tenerte a dos metros. Me siento afortunado. Compartir los últimos días de mi vida con el inventor de algo tan fantástico es algo que nunca me hubiese imaginado…
- No me jodas Luís. También tuve algo de suerte, porque me di cuenta de ciertas reacciones antes que los demás…además mira que importante soy, tengo veinte millones de Euros en el banco y estoy compartiendo la habitación….- Carlos se dio cuenta de que había metido la pata.
- Carlos, de verdad no me importa. Soy consciente de que compartes la habitación con un moribundo, pero no te preocupes que mucho ya no estaré…
- Luís…lo siento de verdad.-dijo Carlos llorando- Que sepas que es un orgullo conocer a una persona con tu actitud de lucha ante la muerte. Aunque no te lo creas.
- Si, si...Carlos si que me lo creo…y te doy las gracias por tu consideración, en cuanto a mi lucha…no tengo opción. No puedo elegir lo que me ha tocado, pero no tengo miedo….¿veinte millones en el banco?... ¡pero qué cabronazo!







Luís consiguió que Carlos sonriera. Desde ese momentos se volvieron inseparables. Bueno les separaban las sesiones de quicio de Luís con las de recuperación de Carlos.
-Es curioso Carlos…te has parado a pensar que tú cada vez estás mejor y yo peor. Es que somos complementarios tío. Cuando tú te vayas de aquí yo también.
Siempre bromeaba con su situación tan dramática, pero ¡bromeaba! Carlos jamás había conocido un tipo tan genial.
Todos los amigos de Carlos pasaban de vez en cuando a verle. Y también Gabriela que pasaba casi cada día. En varias ocasiones habían intentado convencer a Carlos de instalarse en una clínica privada, la más lujosa de Barcelona, con los mejores especialistas del mundo. Pero Carlos siempre se negó. Sabía que estaría poco tiempo con Luís, y no lo iba a dejar sólo. No.
La verdad es que el segundo mes de ingreso en el Hospital, Carlos se lo pasaba bien.
Luís, Gabriela y Carlos se veían casi cada día.
La novia de Luís dejo de visitarle, porque salía con otro chico. Esto le hacía tremendamente feliz a Luís. Los padres de Luís estaban jubilados y vivían en un pueblecito del prepirineo de Huesca, en Barbastro, por lo que solo lo visitaban los fines de semana. Luís lo prefería así.
Carlos le compró a Luís el mejor ordenador portátil del mercado, y también tenían conexión a Internet.
Luís le pidió a Carlos que antes de morir le gustaría probar Fertex, con Loreto una enfermera que les limpiaba cada mañana y estaba cañón.
Lo maquinaron todo entre Gabriela, Carlos y Luís.
Sabían que Loreto siempre se tomaba a las once de la mañana una Coca- cola, justo antes de entrar en su habitación y asearlos.
Habían conseguido de Internet la foto de una película porno en la que la enfermera estaba encima del paciente. No era muy difícil de interpretar.
Imprimieron la foto. Y sería Gabriela la que esperaría a Loreto en la máquina de las bebidas con una Coca-cola con Fertex que le ofrecería antes de que Loreto sacara su lata. Como le saldría gratis, la aceptaría. Entonces aprovecharía el momento en que se estuvieran tomando la Coca- Cola para enseñarle la foto erótica a Loreto, argumentándole que le habían dicho que la enfermera de la foto era amiga suya.
Con eso conseguiría que visionara la foto justo después de ingerir Fertex.
Por otro lado, Luís a la misma hora. Haría la misma operación, se tomaría su zumo con Fertex y observaría la foto otra vez.
En ese momento Gabriela sacaría de la habitación en la silla de ruedas argumentando que se lo llevaba a ver al Doctor Martín.
Así se quedaban a solas Luís y Loreto
Gabriela y Carlos se esperarían en el bar. y volverían pasadas dos horas.
Lo que ocurrió en esa habitación nunca se sabrá aunque Gabriela y Carlos lo sabían perfectamente.
A las dos horas y cuando llegaron a la habitación el escándalo era monumental.









Hacía escasos cinco minutos que entraron el Dr. Martín y su séquito de quince estudiantes en prácticas del último curso de medicina en la habitación de Luís para la habitual rutina de seguimiento de pacientes cuando se encontraron a Loreto totalmente desnuda encima de Carlos en lo que debía ser su tercer polvo de la mañana.
Al final Carlos logró convencer al director del Hospital y al doctor Martín que si no despedían a Loreto les haría una donación de un equipo de quirófano totalmente nuevo. Y eso fue convincente.
Eso sí. A Loreto no la despidieron pero la cambiaron de pabellón.
Se pasaron tres días riendo de la chiquillada.
- Carlos, habiendo experimentado tu Fertex solo me queda rendirme a tus pies. ¡Es el mejor invento desde la bombilla de Edison!- Decía Luís riendo a pesar de sus dificultades en reír.
- Supongo que la entrada del Doctor con los chicos fue lo que te dio ese morbo adicional…je,je – decía Carlos riendo.
-Osti Carlos! Eso si que me ha dado un mal rollo. Pero aún y con todos mirando Loreto ¡Quería seguir!
Carlos se sintió muy feliz, habiendo hecho tan feliz a Luís.
La semana siguiente dejaba el Hospital pero no quería dejar a Luís.
Había pensado comprarse una torre que hacía unos pocos meses había visto que estaba en venta, en la Avenida Tibidabo, adaptarla a sus necesidades. Es decir ascensores interiores para poder entra cómodamente en silla de ruedas, una instalación de quimioterapia en el sótano para tratar a su amigo Luís, e invitar a Luís que se quedara a vivir con Gabriela y con él Pero eso llevaría tiempo. Quizás demasiado tiempo.
La decisión estaba tomada, se quedaría en el Hospital con Luís hasta que tuviesen la torre adecuada para ellos. Ya lo consideraba como parte de su familia.
No hubo tiempo para nada de eso. El lunes de la siguiente semana, cuando Carlos salía de convencer al director del Hospital para prolongar su estancia, una enfermera se dio cuenta que Luís había dejado de respirar.
Cuando entró Carlos a la habitación se encontró el cuerpo inerte de su amigo, se abalanzó sobre él y lo abrazó fuertemente. Sin vida pero sonreía.
Con rabia. Miró al cielo, bueno al techo y frito con todas sus fuerzas: ¡!!!NOOOO!!!
Y Carlos Belmonte lo apretó contra él llorando desconsoladamente
Carlos por la noche, encendió su ordenador. Tenía un e-mail nuevo sin abrir. Era e Luís, su último e-mail…














De:lbusquets@gmail,net

Para:carlosbelmonte@gmail,net, grabielaespona@gmail.net
Asunto: el póstumo….no llores por mí ,Argentina…



Queridos amigos,



Ose escribo esto en formato carta aunque lo leeréis vía e-mail.
Todo llega. Más tarde o más temprano, pero todo llega. Y a mí ya me ha llegado.
Me cuesta respirar. Y tengo convulsiones y escupo sangre. Pero no lo digo para darte pena, sino para anunciarte la inminencia del momento.
No me ha dado miedo enfrentarme porque durante estos últimos meses he pensado mucho. Malo. Nunca pienses mucho. Notarás que esto que te escribo está escrito a trompicones, porque tengo que ir parando de escribir de vez en cuando.
El haberte conocido para mi ha significado mucho. Porque habéis conseguido, tanto tu como Gabriela estar en el top ten de mis amigos. Más que eso, sois mis únicos amigos auténticos!.
Ha sido un lujo conoceros.
Respecto a tu lesión que quieres que te diga, Carlos, es una putada, pero créeme que tiene sus ventajas. Conocerás un mundo nuevo. Un mundo en el cual las personas no son tan materialistas sino que luchan por salir adelante ante las adversidades, y eso las hace totalmente especiales. Te darás cuenta y lo sabrás valorar.
En cuanto a Fertex, creo que tienes…bueno tu ya no…sino tu “amigo” Gates la posibilidad única de avanzar a pasos agigantados en el campo de la medicina. Si no hubiera estado mi enfermedad tan avanzada te hubiera propuesto experimentar conmigo. Pero creo que se te abre un proyecto mucho más fascinante de lo que jamás hubieses podido imaginar. El ayudar a los demás te ayudará.
Sólo para Carlos:
Creo sinceramente que tu relación con Gabriela es muy especial y os complementáis perfectamente, por lo que… no seas imbécil! Y ya me entiende…

Quedamos en el cielo…que debe ser muy parecido al Hospital…
Un abrazo muy fuerte a los dos! Os quiero…




P.D.: Si te cruzas a Loreto le guiñas un ojo de mi parte...Je,je








Carlos necesitaba a Gabriela. Quería estar con ella.
Al día siguiente se marchó del Hospital con la ayuda de Gabriela.
La entrada ha su ático fue realmente aparatosa. La silla de ruedas entró por milímetros al igual que por el ascensor.
Carlos ya había comprado la torre de Avenida Tibidabo 15, y ya estaban haciendo las reformas. El contratista de las obras se comprometió acabar las reformas en diez días. Si acababa a tiempo Carlos le pagaría un veinte por ciento adicional, si tardaba el doble le descontaría el veinte por ciento. El presupuesto de las reformas era de un millón de euros. Veinte obreros trabajaban día y noche sin descanso.
Gabriela iba a visitarlo cada noche, y acordaron irse a vivir juntos en cuanto estuviera lista la casa nueva.
Carlos se encerraba durante horas, escribiendo en el ordenador su proyecto.
Lo tenía todo pensado. Trabajaría con los enfermos de Parálisis y con los enfermos de cáncer.
Lo haría con Gabriela, siempre y cuando tuviera el permiso de Gates para desarrollar Fertex en la mejora de los enfermos.
Se preparaba cada día una dosis de Fertex justo antes de sus ejercicios de recuperación. Visionaba una serie de fotografías de gente caminando. No se conformaba al diagnostico que nunca andaría. Si en Valle Hebrón las sesiones de recuperación las hacía en dos horas. Ahora dedicaba cuatro horas al día. Le ayudaba Ismael, un fisioterapeuta que seguía el programa que le habían recomendado los traumatólogos.
La torre del Tibidabo, tenía tres plantas de doscientos metros cuadrados cada planta, con toda la tecnología aplicada para facilitarle la vida.
Habían tardado treinta y cinco días, pero es verdad de que Carlos y Gabriela constantemente iban modificando los planos. El coste total fue de casi dos millones de Euros.
La casa tenía un sistema automático de apertura de puertas, así como tres de los cinco lavabos adaptado con la última tecnología. Además instalaron un ascensor interior además de un sistema de ascensor que iba acoplado a la barandilla de la escalera principal. Tenían seis habitaciones. Distribuidas en despacho de Carlos, las habitaciones del los hijos de Gabriela, Martina y Alejandro, la habitación de Carlos y Gabriela, una de invitados y la de servicio en la tercera planta. El pavimento era todo de mármol a excepción de las habitaciones. El jardín lo dejaron como estaba, con una pérgola al final del jardín. Cuando estuvieran instalados se harían una piscina. Pero de todas las reformas que se hizo Carlos lo que le gustaba más era subir al terrado de la torre, donde se había puesto algunos sofás y algunas plantas, pero desde donde se veía perfectamente el mar y el Tibidabo, y se podía respirar el aire de la montaña.
Carlos seguía constante con su disciplina. Cada día se enfrentaba a sus aparatos de tortura ayudado por Ismael. Avanzaba muy rápido, cada día más rápido.
Estaba supervisado por el equipo de traumatólogos González Ádrio y Riera.
El Doctor Riera no se podía creer los avances de Carlos. Rozaba el milagro. Nunca el Doctor Riera había visto ningún paciente con ese tipo de lesión, Carlos empezaba a mover las piernas. Casi era inapreciable pero las movía algo. Era prácticamente imposible. Carlos se pasaba en su gimnasio de casa cuatro horas diarias pero lo que no sabían los doctores era que Carlos se tomaba diariamente su dosis de Fertex.





A Carlos Belmonte le citaron a juicio por su accidente. La compañía contraria le acusaba de haber invadido el carril contrario. Dos días antes del juicio le fue a visitar el abogado de su compañía José María Angulo, con el cual repasaron todos los hechos de ese día fatídico.
Hasta ese día sabía que en el accidente el conductor del Porsche 911 había muerto. De el sabía también que no tenía familia y que tenía varias denuncias por exceso de velocidad. Lo que no sabía era el nombre del conductor. Cuando Angulo se lo dijo se le cambió la cara. Aparecieron los viejos fantasmas. El conductor se llamaba Boris Curt.
Debía ser una mera coincidencia, pero el abogado Angulo disponía de una foto carnet de ese Curt.
- ¡Déjeme ver la foto, abogado!- Le pidió Carlos a Angulo
- Tenga mire. – Le dijo Angulo abriendo un informe y mostrándole la página donde estaba grapada lo foto de Curt
- ¡Hostias!- gritó Carlos al ver la foto
- ¿Qué pasa señor Belmonte?- preguntó Angulo
- No hay duda….es él – dijo Carlos con cara de circunstancias.
- Es él…claro que es él…pero… ¿a que se refiere?
- Déjelo abogado, es una larga historia y ahora estoy cansado para explicarle..-dijo Carlos
- -Bueno, como quiera…pero recuerde. Usted no se acuerda de nada. Hasta que se despertó en el Hospital…usted déjeme a mí…¿ok?
- Vale ,vale…buenas noches Angulo- dijo Carlos despidiéndose.
Carlos debería estar contento, pero no lo estaba. El destino había decidido que fuera él el que matara a su torturador. Se sentía mal.
El juicio lo perdió porque declaró un testigo que alegó que fue la moto la que invadió el carril del coche. Que más le daba a Carlos que no le pagaran los gastos de la Harley. Porque además era sinistro total.
Cada día luchaba por avanzar. Y lo hacía. Su rutina la dosis de un poco de Fertex y sus cuatro horas de gimnasio. Ahora ya estaba en la fase de poderse aguantar de pie, y caminar con un “taca-taca” pero lo hacía.
Adaptó su Nortwind para poderlo llevar todo automatizado. Desde el banco de la bañera, controlaba toda la maniobra. Por precaución casi nunca salía solo. Unas veces con Gabriela, que le encantaba otras veces con sus amigos y en alguna ocasión también se llevaba a su fisioterapeuta Ismael.
Le encantaba el mar y la sensación de libertad. Pensaba mucho en Luís y sus sabios consejos. Ahora se sentía feliz consigo mismo, a pesar de su merma física.
Y así iban pasando los días. Quería avanzar lo más rápidamente posible, y curarse pero hasta que no le dejaran experimentar con Fertex no se atrevía a avanzar con los oncólogos.
Gabriela le ayudó en toda, y cuando se quedó si Fertex para su uso personal le cedió el laboratorio para conseguir más.








Capitulo 20

“Si el hombre no ha descubierto nada por lo que morir, no es digno de vivir” Martín Luther King

Carlos llamo a Eduardo Cusí para quedar con él en el barco.
Hacía un buen día a pesar de que era el mes de noviembre. A Eduardo no le hacía mucha gracia el tema del día en barco, pero Carlos lo convenció.
Eduardo se quedó de piedra al ver como Carlos se le acercaba al parking de Real Club Náutico de Barcelona con muletas y muy despacio.
Eduardo no se había enterado de nada, y tampoco nadie le llamó para contárselo. En fin que Carlos le debía explicar muchas cosas a Eduardo.
Se subieron al barco. Evidentemente Carlos requería ayuda para subirse a su barco, pero entre Eduardo y un marinero lo hicieron. Una vez en cubierta era impresionante como Carlos se movía de un sitio a otro. Parecía un mono. Había adquirido mucha fuerza en los brazos, por lo que para él en el barco estaba como pez en el agua.
Carlos le explicó a Eduardo lo que había sido su vida los últimos meses, y Eduardo no daba crédito. En algún momento empezó a dudar sobre la coherencia de Carlos, pero estaba tan seguro de lo que decía, que había muy poco espacio para la duda.
El submarino, Abramovich, Slim, Gates, Falcón Maltés, Buffet, suiza, Usa, y sus amigas Victoria, Jane ,Gabriela. Eduardo alucinaba
- Carlos, te das cuenta de lo que me estás explicando…si alguien se le ocurre hacer una película de tu vida últimamente la descartan por demasiado fantástica.
- Una película…Eduardo…!.una película!. Me has dado una gran idea. Es la solución perfecta…
Carlos había ido ideando su plan de llegar al máximo de gente con Fertex afectada de traumatismos irreversibles o de cánceres. El problema radicaba en que nunca podría llegar a mucha gente, explicando uno a uno que con Fertex había alguna posibilidad más de lucha. No podría ir centro por centro, ciudad por ciudad o país por país explicando Fertex. Pero la película novelada era la solución.
Invertiría mucho dinero en actores de primera línea, también contrataría a un director de cine de la talla de Spielberg, el tema era que pudiese ser la una película con lanzamiento mundial. En poco tiempo llegaría a mucha gente.
Pero todo eso no sería real si no lograba convencer a Bill Gates que le dejará experimentar con Fertex. Le tenía de convencer costase lo que costase. El éxito de su proyecto volvía a estar en manos de Gates.
Eduardo se pasó un fantástico día de navegación acabado con un exquisito Gin Tónic preparado por Carlos. ¡Pero esta vez sin Fertex!












Al día siguiente llamaba a Bill Gates
- ¿Bill?..!Hola soy Carlos!- se presentó Carlos
- ¡Hola Carlos! Me enteré de tu accidente. ¿Cómo estás?
- Muy bien. Ya te contaré. Necesito verte Bill, te tengo de plantear un tema…
- ¡Joder Carlos! Ya tiemblo de pensar tu tema…ahora me dirás que has
conseguido un producto que ingerido con Coca cola ¡te lleva a la luna!- dijo Bill en plena carcajada..
- No,no Bill. Nada que ver. Es sobre una posible aplicación terapéutica de Fertex. Y yo se lo que me digo porque la estoy experimentando en mi propio cuerpo.

Habían aprovechado una visita a su fundación en el Clínico , para recalar en Barcelona.
La visita la tenían programada los señores Gates para el viernes catorce de diciembre. Como era viernes, decidieron quedarse el fin de semana en Barcelona, serían los invitados de Belmonte ese fin de semana. Carlos había insistido mucho en que fueran a su casa que tenían sitio, y al final Bill Gates sopesando los pros y los contras accedió. Lo que le hizo decantar es el hecho de que durmiendo en casa de Carlos pasaría desapercibido. O por lo menos lo intentaría.
Cuando Carlos le comentó el Lunes a Gabriela que ese fin de semana había invitado a unos amigos, no le dio ni la más mínima importancia.
Al día siguiente cuando Gabriela tumbada en el sofá apoyada sobre Carlos recordó que el fin de semana tendrían invitados, se le ocurrió preguntar.
- ¿Y qué amigos tuyos son los que vienen el fin de semana?- preguntó Gabriela
- Bill y Melinda
- ¿Bill y Melinda?- preguntó Gabriela sin razonar..todavía.
- Si..los Gates..
Gabriela se incorporó de un brinco. Se llevó las manos a la cara. Abrió enormemente los ojos.
-¿Me estás diciendo que los Gates vendrán a pasar el fin de semana con los Belmonte Espona?- preguntó Gabriela esperando fuera una broma de Carlos.
-Si, si Gabriela…Tranquilízate que no pasa nada ...que son buena gente
-¡Pero que coño dices! ¿Cómo quieres que se instalen los Gates en esta casa?¿y donde ¿y que comerán? Y donde los llevaremos…joder Carlos…!No me hagas esto!
Carlos sonreía e intentaba acariciar a Gabriela. Esta estaba para todo menos para caricias. Y el día siguiente era ¡miércoles!
- ¡Que te tranquilices coño! ¡Que no pasa nada joder! Vienen porque tienen que venir a Barcelona y además yo le pedí un favor. No le voy a decir que no venga a mi casa porque mi novia no cree que vaya a estar a la altura. ¡No me jodas Gabriela!
Gabriela iba a contestar pero se calló. Espero unos segundos.
-Está bien Carlos…perdona. Pero tienes razón...No puede pasar nada..¿no?- decía mientras se levantaba del sofá para irse a su habitación.
En cuanto Gabriela salió de salón, Carlos apagó el volumen de la tele y oyó la voz de Gabriela a lo lejos que exclamaba “joooooodeeeeer….”
“mujeres..” pensó Carlos.






La verdad es que fueron dos días frenéticos. Especialmente para Gabriela. Llenó la despensa de exquisiteces, limpió la casa de abajo a arriba y de arriba abajo, hizo arreglar el jardín que ya estaba arreglado, y mil cosas más. Sacó la vajilla y la cubertería cincuenta veces para supervisar que todo estuviera bien. Hizo llevarse las alfombras que para Carlos ya estaban limpias para volverla a traer a los dos días…En fin, que Carlos después de sus sesiones terapéuticas se escapaba a su barco en busca de un poco de tranquilidad. Por la noche preparaba su argumentación para poder convencer a Bill Gates de su proyecto.
El matrimonio Gates se presentó a cenar el viernes a las ocho en casa de Carlos…Llegaban para instalarse el fin de semana.
Gabriela estaba muy nerviosa al principio, pero a medida que veía la naturalidad de la pareja, se relajó.
Tomaron un largo aperitivo mientras Melinda explicaba todos los avances de su fundación. Del hospital clínico estaban muy contentos por sus avances. A Melinda le encantaba Barcelona a pesar de lo poco que conocía.
La cena servida por Merce´s estuvo a la altura de las circunstancias. Gates probó los mejores caldos del Priorat. La botella le costó a Belmonte cuatrocientos euros., pero la ocasión bien los valía.
La cena fue muy amena, explicando anécdotas del último viaje de los Gates en África.
Se levantaron para tomar café en el salón.
- ¿Queréis beber algo? Preguntó Carlos
Carlos se sirvió un Macallan y sirvió uno a Gates. Las mujeres no querían tomar nada.
Se acomodaron en el sofá. Y Carlos pidió permiso para pasarle una película de veinte minutos de duración, que había preparado para la ocasión. Antes de pasar la película hizo una breve introducción sobre Fertex.
“Si Fertex podía hacer modificar el comportamiento del subconsciente y cambiar las actitudes de consumo, también se podría utilizar con finalidades terapéuticas, para mejorar la capacidad de curación de los enfermos. Y esto significaba exagerar exponencialmente las ventajas de lo que se denomina “efecto placebo”.El efecto placebo es el fenómeno por el cual los síntomas de un paciente pueden mejorar, con un tratamiento que estimula el núcleo accumbens situado en el cerebro, y que da como resultado la desaparición del cuadro sintomático del paciente” –explicaba Carlos a Bill y Melinda..Carlos estaba convencido de que funcionaría, pero era vital que Gates le dejara experimentar con Fertex con finalidades terapéuticas para facilitar la curación de todo tipo de enfermedades. Parálisis varias, tetraplejias, cánceres de todos tipos...La película era un simple documental que empezaba en el Hospital Valle Hebrón, con entrevistas al Doctor Martín sobre el estado de la lesión irreversible de Carlos. Y los momentos más duros de su estancia en el Hospital. Había conseguido que saliera filmado el momento en el que le pasaban de la camilla a la silla de ruedas. Imágenes de la habitación y de Luís. También aparecía en varias ocasiones Gabriela. En definitiva era una secuencia de imágenes de su lesión, con la incursión de entrevistas a los doctores Martín y los traumatólogos González Ádrio y Riera declarando la imposibilidad de volver a caminar por parte de Belmonte.






Luego música de fondo esperanzadora y cambio de tercio, los momentos en que Carlos declaraba ante la cámara que el volvería andar. Y las primera imágenes de la dura recuperación y como día a día iba mejorando. Al final imágenes de cómo con ayuda de unas muletas Carlos daba sus primeros pasos. El camino sería difícil, muy difícil, pero lo había comenzado. Al final y mirando a la cámara una petición a Bill Gates

- Hola Bill – decía Carlos mirando a la cámara en un primer plano- Aquí estoy. Cada vez mejor, más animado y contento que nunca, y eso ha sido porqué siempre he creído en mis posibilidades ante la adversidad, pero también en este producto del que tu tienes todos los derechos llamado Fertex. Sabes, casi mejor que yo, el potencial de Fertex en todos los campos, marketing, Ventas, prescripciones de productos varios. Pero ahora también has comprobado el enorme potencial terapéutico que tiene Fertex. Solo te pido una cosa, y sin ningún tipo de interés comercial, que me dejes experimentar con Fertex en el campo de la medicina, empezando por las lesiones medulares pero también con los distintos cánceres.
Concluía con la grabación de la entrevista hecha dos días antes de la muerte de Luís.
“ Hola Bill. ¡Joder que heavy! Le estoy enviando un mensaje al tío más rico del mundo…(Gates se rió de lo payaso que era Luís).
En fin, que sepas que cuando veas esto. Yo ya no estaré. Estaré muerto. Es difícil aceptar esto, pero una vez aceptado, debes pensar que ya todo me da igual pero no es así. ¿Sigues ahí Bill? Pues gracias.
Mi mensaje es para decirte estoy seguro que Fertex puede ayudar a mucha gente que está como yo…bueno como yo no, porque soy enfermo terminal, pero puede ayudar a mucha gente a tener un atisbo de esperanza.
Cuando Carlos me pidió que te dirigiera una palabras me sentí orgulloso de mí. Por primera vez podía contribuir a hacer algo a favor de los enfermos como yo. Porque si dejas que Carlos lidere el proyecto, podremos salvar a mucha gente.
¿Sigues ahí, Bill? Carlos que fuerte ¿no? Que Bill me haya escuchado tres minutos.
Por favor Bill. Nunca he suplicado pero ahora te lo suplico.(decía Luís con lágrimas en los ojos)… no dejes que la gente pierda la esperanza. Gracias.
Ah! Bill ¡ aquí arriba te espero! Y espero que tardes pero te daré un abrazo cuando te vea!.
El video acaba con música del Réquiem de Mozart y con Luís depositando un ramo de flores sobre su lapida.
La película la había montado un tal David Rubio, que trabajaba en la productora Ovidio y había quedado realmente emotiva. Puede que demasiado.
Las mujeres estaban llorando, Carlos también aunque lo intentaba disimular y Bill conservaba la calma.
- ¡Joder Carlos! ¡Que duro es esto!.. ¿y ahora que quieres que te diga? Que quieres que te diga que sí que adelante, que desarrolles Fertex en el campo de la medicina…- Decía Gates
- No lo sé Bill. Es una cuestión estrictamente tuya el poder cederme los derechos para explotar Fertex en la Medicina. Aquí la cuestión es si ¿puedes desarrollar Fertex como lo has estado haciendo o tienes en cuenta una faceta comercial?





- Carlos. Esto que has hecho es demagogia. Me intentas convencer de algo, de lo que tú no tienes ningún derecho. Y ningún es ningún. Vamos a ver, tu patente me costó veinte millones de Euros. Entonces tú los cobras, tienes un desgraciado accidente y crees que con Fertex mejoras increíblemente y quieres que te deje desarrollar Fertex para mejorar la calidad de vida de los que tienen alguna lesión medular o cáncer.
- Y que lo haga porque me siento afectado por un documental sensiblero y me haga solidario con tu causa, porque casi me pongo a llorar. ¿no es eso?
Es como si los productores de arroz tuviesen de regalar arroz a los que se mueren de gana, o como si los farmacéuticos fabricantes de medicamentos tuviesen de regalarlos porque así sufren alivian a los enfermos. Esto no funciona así Carlos.
No puedo autorizarte a desarrollar Fertex para la medicina, porque estamos trabajando en ello. Y como para todos los laboratorios esto es un negocio. Porque sino, me tendrías que devolver los veinte millones, y desarrollar tu Fertex sin ningún tipo de ayuda. Eso en el caso que te la quiera vender Carlos…y siento ser tan duro contigo pero lo que no puedes enriquecerte con un producto y luego pedir misericordia sin nada a cambio para aliviar a los que lo necesitan… ¿me entiendes?

Carlos estaba muy enfadado. No por lo que dijo Gates. Si no porque tenía toda la razón en lo que decía. Pensaba en que había fallado en su planteamiento, que es lo que iba a hacer ahora.
La reunión en el salón se dio por acabada y todo el mundo se fue a dormir.
Había sido un palo. ¿Pero que ingenuo había sido? Pensaba Carlos.
Se había dejado llevar por las buenas intenciones de una manera muy ingenua.
Al día siguiente se fueron a conocer Sitges, y comer una típica paella.
Carlos hacía lo posible por disimular pero le afectó mucho todo eso. Porque se sentía fracasado. Pero en la comida en el Restaurante le hizo otro planteamiento a Gates.
-Bill, he estado pensando sobre todo esto. Sinceramente creo que tienes toda la razón es por ello que he pensado en una opción que podría ser válida para los dos... – dijo Carlos
- Soy todo oídos Carlos…- dijo Bill interesándose en lo que le iba a contar Gates.
- Bueno. Lo primero en intentar experimentar desde el laboratorio vuestro de
Connecticut, trabajando mano a mano con Jane. Tu directora de proyectos allí Entonces cuando tengamos el producto aprobado. Invertiremos en una película. Una película que sea un éxito comercial, sobre la historia de Fertex. Con actores de primera línea tipo Brad Pit y Angelina Jolie y también poder contar con un director como Spielberg.
El tema sería que la película estuviera basada en hechos reales, entonces la gente conocería que hay un producto en el mercado muy esperanzador para mejorar las enfermedades…








- Me gusta la idea, Carlos. Es potente, porque además si generamos la demanda del producto por parte de todo el mundo, la FDA no tendrá otra opción que autorizarlo, por lo menos para temas terapéuticos. Entonces será el momento de comercializarlo. Entonces los países lo tendrán de comprar para que sus ciudadanos enfermos mejoren. En el fondo todos ganan porque si los pacientes con enfermedades incurables se curan.
- Podemos arriesgarnos por lo menos en intentarlo. Nunca se ha lanzado ningún producto a este nivel a través de una superproducción de Hollywood…
- Ya me imagino…aunque lo desconozco, pero nunca ha existido un producto tan potente como Fertex…
- Carlos. Lo vamos a intentar. Tenemos de buscar presupuesto para la superproducción, porque no se trata que te descapitalices. El asunto sería poder recuperar la inversión.
- Brindemos por ello Bill- dijo Carlos, levantando la copa para brindar por todos.
- Así que iremos a cenar con Brad Pitt ¿no?- Preguntaba Gabriela con malicia.
- ¡Cuenta con ello!- decía Melinda guiñándole el ojo- Y además nos llevaremos un poco de Fertex y nuestras foto en esa cena.

Todos rieron. Caros y Bill pensando en la idea de imaginarse a las chicas intentando evitar el acoso de Brad Pitt y Melinda y Gabriela pensando en la poco oposición que pondrían si Brad Pitt les acosara...
Volvieron a Barcelona. Carlos volvía a sonreír. Podía funcionar. Además si iba de la mano de Gates se le abrirían todas las puertas.
Descansaron por la tarde en Avenida del Tibidabo. Y por la noche cenaron en el restaurante de las Siete Puertas.
El Domingo al mediodía Carlos y Gabriela acompañaron a los Gates al Aeropuerto en dónde les esperaba el Jet privado de Gates.
- Esta vez no viajas en la Tiger Moth.Claro…lo reservas a los invitados…- dijo riéndose Carlos.
- Tienes razón. Yo no me atrevería a viajar en un trato tan viejo- riendo también Gates y siguiéndole la broma
En el aeropuerto del Prat los dejaron volviéndose a descansar del duro fin de semana
- Te felicito Carlos…lo has conseguido- dijo Gabriela
- Ufff…creo que ha ido bastante bien…si no fuera por el marrón de la película- dijo Carlos
- Yo creo que has estado brillante en la ocurrencia de la película- le sonreía Gabriela.- ¿Como se te ocurrió?
- Me dio la idea Eduardo…











Por la noche no cenaron, habían comido mucho durante la estancia de los Gates y Carlos se quedó un rato por la noche en el ático, estirado mirando las estrellas y pensando. “Joder., vaya marrón lo de la película…si es que nunca cambiaré …”

















































Capitulo 21

“En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: Sigue adelante” Robert Lee Frost

Esa mañana de lunes se había instalado una pantalla con proyector para realizar videoconferencias con Jane. Supervisaría todas las pruebas con enfermos y su evolución. Jane estaba encantada porque Carlos le quitaba presión en este proyecto.
El producto en su composición ya se había presentado a la FDA (Federal Drug Asotiation).
Por otro lado había programado un viaje de diez días en Estados Unidos. Se había programado para presentar su proyecto de la película de Fertex a Spielberg. También quería entrevistarse con varios novelistas para que le produjeran el guión. Y con la Fox y la Warners Bross.
Gates le había facilitado todas esas entrevistas, y se ofrecía a financiar una parte de la película pero con derecho a beneficios.
La primera entrevista fue en el mismo hotel Sheraton con Steven Spielberg que se mostró encantado con el proyecto. Es más, no se creía en las propiedades de Fertex, pero en cambio creyó que podía ser un buen producto comercial, que podía hacerse una película con todos los ingredientes para que fuera un éxito.
Lo único en que discrepaba Spielberg era en la selección de los actores que al ver a Carlos Belmonte veía a Dustin Hofmann , o Al Pacino y no a Brad Pitt., pero eso ya se hablaría más adelante. Antes de Brad Pitt como proponía veía como más adecuado a alguien como Dustin Hofmann.
En todos los hoteles donde Carlos se alojaba no se olvidaba de pasar por el gimnasio para continuar su recuperación. Ni en el fin de semana con los Gates dejó su terapia. Y ahora ya era capaz de caminar sin muletas. Cojeando pero sin muletas. Y todo eso en menos de un año.
Carlos dejó los Ángeles y Holywood para irse a Middleton en la costa este donde tenía pensado trabajar cuatro intensos días con Jane. Estaba desarrollando Fertex muy deprisa y ya estaba siendo estudiado por la FDA para aprobarlo.
Todo estaba yendo muy deprisa, casi demasiado.
El último de los cuatro días que pasó en Middleton se dio cuenta de que tenía un sms de Bill Gates en su teléfono, “necesito que me llames urgentemente”.
Hacía unas cuantas horas que Carlos lo había recibido, lo que ocurrió es que como en el interior de los laboratorios no había cobertura y por seguridad debido a las radiaciones deberían de dejar en la entrada dentro de una taquilla, dentro estaban incomunicados.
Mientras salía de las instalaciones Carlos marcaba el móvil de Gates.
- Hola Bill soy Carlos. Tengo un mensaje tuyo…- dijo Carlos
- Por fin te encuentro Carlos. ¡Tenemos un gran problema con Fertex!- gritaba Gates
- ¿Qué pasa Bill?- pregunto preocupado Carlos ante el tono de Gates
- Que unos laboratorios han registrado un producto con los mismos componentes que Fertex-
- ¡No me lo creo, Bill! ¿Quiénes son?









-¿Estás sentado Carlos?- preguntó Bill preparándole para decírselo
- ¡Mierda Bill, suéltalo ya! ¿Estivi?- Preguntaba desesperado Carlos pensando en su antigua empresa.
- ¡No! ¡ Laboratorios Exmon!- Exclamó Bill
Silencio por el móvil. Carlos se sentó en un banco de la calle. No podía hablar. No podía pensar. No daba crédito. Eso era peor que las torturas de Curt. Cuando ya lo tenían todo encarrilado.
Carlos solo pudo decir
- Bill….ahora te llamo…- dijo con voz suave Carlos
- ¿Carlos? ¿Carlos? ¿Estás bien?...¿Carlos?- preguntaba inútilmente Bill. Carlos había colgado.
Carlos se puso las manos en la cara tapándosela. No quería pensar pero no lo podía evitar. Laboratorios Exmon. Estaba todo dicho. La directora general de Exmon España era Gabriela Espona. ¿Qué sibilina había sido aquella mujer? Toda la comedia de su enfermedad, todo su apoyo, el irse a vivir con el. El compartirlo absolutamente todo. A Carlos le iban apareciendo flashes de lo que había sido su convivencia con Gabriela. Desde que empezó a verla asiduamente. El polvo con Fertex, su semana en el Caribe, todo el proceso de su recuperación, su casa nueva ayudándole a diseñarla, su vida en pareja, su predisposición a fabricarle Fertex cuando se le acabaron, ¿Cómo podía existir una persona tan malvada? Solo tenía una duda pero que pronto se disiparía cuando llegó a su habitación del hotel y conectó su portátil a Internet. Abrió la página de Google y buscó. “Accionistas de laboratorios Exmon”. Al cabo de unos pocos segundos aparecía la prueba definitiva y confirmaba las sospecha s de Carlos. “Revista Expansión 12 de octubre. El magnate ruso Román Abramovich compra el sesenta por ciento de laboratorios Exmon…”.
“!Que imbécil he sido! pensaba Carlos me lo avisó Slim. Y no le hice caso.
Hacía cinco días que intentaba hablar con Gabriela y no podía. Habló con Thelma la sirvienta de Avenida Tibidabo, comentándole que Gabriela y sus hijos Martina y Alejandro se marcharon con maletas un día después de irse a Estados Unidos. De hecho Thelma se pensaba que estaban juntos.
Carlos llamaba a Bill Gates, entre otras cosas porque le había colgado el teléfono
-Bill…perdona que te colgara…-se excusaba Carlos
-Entiendo…que es duro para ti…¿Cómo estás?- le preguntaba
-Pues te puedes imaginar…pero no te preocupes que ha pasado lo peor
- Ánimo Carlos.. Que lo de Fertex lo solucionaremos…ya tengo a mis abogados en el tema.-le decía Gates intentándole animar
-Gracias Bill…gracias por todo de verdad…- dijo Carlos despidiéndose
No paraba de pensar en Gabriela…ahora que parecía que había encontrado cierta estabilidad. Uff, que duro era todo eso para Carlos.
Se estiró vestido sobre la cama. El avión que le llevaba a Barcelona vía New York no salía hasta la noche del día siguiente.








Cuando alguien golpeó la puerta de su habitación.
Carlos no se le ocurría quien podía ser a las diez de la noche. Se levantó para abrir la puerta y se encontró a Jane sonriendo.
-Me han dicho que alguien necesita un buen gin tónic con un poco de Fertex….-dijo enseñándole la bolsa donde había la Ginebra, la tónica y el hielo
Carlos consiguió sonreír.
¡A tomar por culo! Es lo único que pronunció mientras cerraba la puerta de su habitación.








































Capitulo 22


“No se tome la vida demasiado en serio; nunca saldrá usted vivo de ella.” Elbert Hubart

Carlos llego a Barcelona procedente de Nueva York. Había aprovechado tantas horas de avión para pensar. Eran las siete de la tarde y estaba cansado. La noche que había pasado con Jane fue muy intensa. No logró pegar ojo.
Cuando llegó a casa comprobó que se Gabriela había vaciado todo su armario, y también todo lo de los niños.
Saludo a Thelma que le preparó algo de cenar. Y rápidamente se fue a la cama.
Mientras se ponía el pijama se dio cuenta de que había una carta en su mesita de noche, apoyada a la lámpara. Era de Gabriela:

Querido (supongo que eso ya no lo admitirás…) Carlos,

Cuando leas esto, yo ya me habré marchado. Siento que haya sido así, aprovechando tu ausencia, pero consideré que era la mejor manera.
Sabes que he luchado mucho para llegar a ser directora general de Exmon. Y en este duro camino he tenido que aprender a no tener sentimientos. No he tenido opción, y ya lo empiezas a saber, o comes o te comes.
Para mi todo ha sido un montaje para conseguir la formula de un producto como Fertex, es algo que ya sabes que en este mundo competitivo, vale de todo. Para Exmon poder conseguir un producto como el tuyo puede significar el liderazgo a nivel mundial. Y eso significa mucho. Has sido ingenuo y yo me he aprovechado. Y qué. En este mundo de asesinatos y vilezas atroces esto queda como una nimiedad. Además tú ya tienes tu pequeña fortuna de haber vendido la patente. Ahora entraremos en litigio porque solo la patentases en España pero no a nivel mundial, o sea que tendremos de llegar a un acuerdo. Bueno, contigo ya no sino con Gates. Me consta que ya han hablado los abogados.
Respecto a mi plan. Fue casi perfecto. No contaba con las fotos de Slim. Pero hasta en eso seguiste confiando en mi…lo siento por ti.
Con Román (Abramovich) tengo una relación maravillosa desde hace cuatro años. Se que no soy la única para él, pero ya me gusta. Tengo mi parcela de intimidad.
Debo reconocer que he disfrutado mucho contigo, y no solo en el sexo, que también y que la muerte de Luís me dolió. No tanto como a ti, pero me apenó. Luís, otro ingenuo.
En fin, que ha sido un placer haber conseguido la formula de Fertex. Estamos trabajando con otros nombres, seguramente Feromona. Ya veremos.
Bss
p.d.: te he escrito esto con ordenador, así nunca lo podrás utilizar como prueba.
Bye, Bye Cariño.







Carlos se alegró. Porque así ya no tenía porque sufrir. Reconocía que era realmente malo enamorándose, pero mejor así. Porque ya no pensaba sufrir por Gabriela.
Seguía con su recuperación a pesar que ya sabía que a partir de ahora el avance sería muy lento. Se compró una Honda Forza 250, aunque ya podía andar no podía cambiar de marchas ni frenar con el pie, se negaba a no ir en moto. Esa moto era totalmente automática.


No supo nada más de Gabriela. Pasaba el tiempo, y hubo un juicio en Nueva York que el juez falló a favor de Gates, se pudo demostrar que la patente de Carlos, bueno la de Gates al haberse patentado en España por Carlos, se extendía a la Comunidad Europea, y además existía un acuerdo entre ésta y Estados Unidos para proteger los registros de propiedad. Todo empezaba a arreglarse para Carlos.
Fertex ya estaba a punto de salir al mercado como potente medicamento. Gates decidió aplicar las aplicaciones de Fertex como medicamento. De todas maneras Carlos sabía por Jane, que habían tenido contactos con Gates sobre Fertex con las principales multinacionales mundiales entre ellas Nestlé y Coca- Cola. No se conocía ninguna información más. El secretismo era total. En cualquier caso Carlos se mantenía al margen.
El proyecto de la película, continuaba adelante. Carlos Belmonte firmó con Spielberg el contrato. Dustin Hofmann haría de Carlos Belmonte y como protagonista femenina Meg Ryann y Penélope Cruz.
Todos los actores habían accedido a cobrar menos de fijo, y en cambio más si la película funcionaba. Hasta Spielberg aceptó. Aún y así la Warner´s financiaba un tercio del total, Bill Gates otro tercio y Carlos Belmonte el resto.
Había invertido cuatro millones de euros, que le parecieron una barbaridad, pero valía la pena intentarlo. Aunque Carlos no ganara mucho dinero con la película le daba igual.
Lo más importante era que se pudiese difundir a través de la película a nivel mundial para que todo el mantuviera acceso a Fertex. Se lo tomaba como su aportación a la humanidad.
Seis meses más tarde el veintitrés de marzo del dos mil ocho, se estrenaba la película a nivel mundial. El mismo día en veinte países a la vez. Carlos Belmonte la vería desde Nueva York. Era todo un acontecimiento. Los chicos del departamento de marketing de la Warner habían hecho un buen trabajo. Había generado mucha expectación la película, porque se llevó con mucho secretismo. Se había hecho una gran campaña de “Teaser”. Eso quería decir que se estuvo comunicando quince días antes del estreno en todas las grandes ciudades solo la palabra Fertex, sin llegar a explicar que quería decir. El boca oreja, ayudado por Internet hizo el resto. El último día antes del estreno se comunicaba Fertex, a partir del viernes en los mejores cines, y a partir del lunes en las mejores farmacias. Había generado tanta expectación que se había convertido en noticia de todos los telediarios, sin que nadie supiera que era exactamente.
A Carlos le invitaron a ver la película de Fertex diez días antes del estreno en los Ángeles. Por entonces Carlos sabía mucho de los detalles de la película pero le faltaba verla completa. Le había costado muchos esfuerzos y sacrificios, y los cuatro millones iniciales se convirtieron en siete.





Pero allí estaba en la primera fila del cine en Broadway, junto a Bill Gates, Spielberg, Meg Ryan, Penélope, el alcalde de Nueva York y un sinfín de personalidades y gente de la sociedad de nueva york. El preestreno se hizo bajo rigurosa invitación. La alta sociedad neoyorkina se dividía entre los que habían sido invitados al estreno de Fertex y los que no.
La película era fiel reflejo del relato de Fertex iniciando con un fondo azul del mar de Formentera desde el acantilado de Es Pujol y con letras mayúsculas anunciando los créditos de película basada en hechos reales.
Se había llevado todo el rodaje bajo un riguroso secretismo. La sala estaba repleta.
Todo su proyecto se resumía en esa hora y media de filmación.
Carlos como ya la había visto, se fijaba más en la expresión del público que en la película en sí. Pensaba que la película estaba gustando.
Cuando acabó la película, se produjo un terrible silencio, y Carlos temió lo peor. Que no hubiera gustado. Pero de repente unos tímidos aplausos que se fueron animando y acabó con un aplauso generalizado de casi tres minutos de duración. El público se levantaba mientras seguía aplaudiendo. Era realmente emocionante. Carlos lloró, porque pensó en todo lo que había pasado para llegar a esto.
Se encendieron las luces y subía al escenario un trajeado Ben Jameson , famoso periodista de la CNN agradeciendo al público la asistencia y haciendo subir a todos los actores a saludar, y cada uno decía unas breves palabras, subió también Gates, Spielberg y Williams el dueño de la Warner´s. Todos hablaron y al final Bill Gates hizo salir a un todavía emocionado Carlos Belmonte presentándole como el artífice de Fertex y de un vivo ejemplo de superación.
Carlos emocionado desde el estrado miro hacía el techo y dijo gritando ¡Gracias a ti Luís!
No hay que decir que la película fue un rotundo éxito. La crítica mundial se volcó. Durante la semana siguiente Fertex empezó la comercialización en los Hospitales y Farmacias.
Estuvo durante toda la semana siguiente entrevistándose con prestigiosos oncólogos y psicólogos explicándoles sus experiencias con Fertex.
También llenó el auditorio del Sloan Memorial Center. Estaba acompañado de Jane Godwill como representante de los laboratorios Microsoft y responsables de la comercialización de Fertex.
Carlos se vio varias veces con Meg Ryan, ella estaba encantada de hacer el papel de anfitriona de Carlos. Un lujazo.
Estuvo invitado a cenar en la mansión en las afueras de Nueva York de Tom Perkins, el amigo de Buffet y de Gates que les dejó el velero de Falcón Maltes durante su estancia en Barcelona.
En esa cena de gala estaba también habían otros ilustres invitados como Bill Gates y Melinda, Bruce Springstenn o Woody Allen. Entre otros. Un total de ochenta personas disfrazadas para la ocasión.
Mayúscula sorpresa fue la que se encontró Carlos cuando se retiró con su gin Tónic en mano de la barra del improvisado bar en el jardín y se topó de frente con Gabriela, cogida del brazo de un hombre alto, rubio y delgado. El mismísimo Román Abramovich.
No los pudo esquivar.





-hola Carlos. ¿Cómo estas?- le preguntó Gabriela.
Por la cabeza de Carlos pasaba muchos pensamientos y opciones para hacer o decir en ese momento. Pero se bloqueó. Cerró los ojos, sonrió y le tiró el Gin Tónic entero en el vestido escotado de Gabriela.
- ¡Toma tu Gin tónic mala puta!- le dijo Carlos
- ¿Pero que haces?- preguntó Gabriela a Carlos, viendo su vestido blanco totalmente empapado
Carlos no se dignó ni a contestarle, se dio la vuelta y se dirigió hacia la barra a por otro Gin tónic. Cuando notó que alguien le tocó el hombro. Carlos se giro y se encontró con un impacto seco en toda la nariz. No pudo reaccionar y se cayó al césped. Todo giraba en torno a al no tenía casi fuerzas para levantarse pero lo intentó. y en el momento de levantarse oyó una voz que le decía “!y este por Curt, hijo de puta! Y acto seguido notó el fuerte impacto de una patada en el estómago.
Carlos volvió a caer. No podía respirar. Algunos hombres de la fiesta se dieron cuenta de la brutal agresión e inmovilizaron a Abramovich mientras otros ayudaban a Carlos a incorporarse, poco a poco Carlos conseguía retomar su respiración.
- Tu siempre por la espalda…Es tu especialidad,,,¿no? – dijo Carlos a Abramovich
- Tu has empezado. ¡Te voy a hundir Belmonte!- Decía rabioso Abramovich
- Ya no podrás, aunque me mates te habré ganado- sonreía Carlos.
Carlos pensaba que ya lo había ganado. Porque en su día no le pudo matar cuando lo torturaban en el submarino. Además Gabriela a pesar que intentó hacerse con Fertex tampoco lo consiguió.
La fiesta volvió a la normalidad, Gabriela y Abramovich se marcharon y Carlos esperaba a Tom en el despacho de este. Cuando Tom entró.
- ¿ Como te encuentras Carlos?- preguntó Tom sirviéndose un whisky
- Bueno, a veces he estado mejor Tom, pero gracias.
- Siento lo de Román, Carlos, no se que puedo decir…- Se excusaba Tom
- Nada. Lo provoqué yo. Su novia me traicionó.
Carlos le explicó a Tom lo que había sido su proyecto, el acuerdo con Gates…etc.
Estuvieron hablando durante dos horas. Hasta que Tom decidió reincorporarse a la fiesta. Bueno, a lo que quedaba de fiesta y Carlos se despedía.
- Me alegro de conocerte. Y lo dicho, a ti que te gusta navegar y yo no lo necesito hasta dentro de tres meses, aprovecha y vuelve navegando a Barcelona. Es un barco que a pesar de ser rápido se puede llevar perfectamente por un tripulante. En cualquier caso, siempre puedes contar con Jonathan que es el marinero del barco, para que te explique y te pueda echar un cable. Ah! Y además cocina de muerte.
- Hecho Tom. Que me lo tomo en serio. Dentro de una semana lo cojo…¿vale?- decía Carlos bromeando
- Que sí! Joder.
Carlos dudo al día siguiente si Tom le dejaría su velero para volver o había sido el whisky el culpable de esa retahíla de buenas intenciones, pero la duda se disipó en cuanto Jonathan llamó para ponerse a total disposición de Carlos.






La nariz de Carlos se hinchó. Pero por suerte no la tenía rota. Había ida de poco.
Jane Godwill le llamó varias veces a la semana para explicarle que no paraban de llamar solicitando más Fertex en todos lados. Las farmacias, los Hospitales, particulares.
Y ya no tenían materia prima para fabricar más hasta el mes siguiente. Habían “roto” Stocks.
Las demandas de Fertex eran a nivel mundial.
Y la película no paraba de generar pingues beneficios a Carlos. Incluso estaba nominada a los Oscar´s como mejor guión, y mejor actor Dustin Hofmann
Llevaba ya bastantes días en Nueva York y ya era hora de volver.
Carlos se puso en contacto con Jonathan. Quedaron en partir al día siguiente. Estaría todo listo.
Carlos estaba nervioso. Se sentía muy ilusionado formar parte ese reducido grupo de personas que había navegado en el que algunos denominaban el velero más perfecto jamás construido. Y lo llevaría él.
A Carlos esa noche le costó dormir. Lo que le había pasado en estos dos últimos años era algo que jamás hubiese pensado en soñar.
Al día siguiente, con el día nublado procedía a realizar el check out en el Hilton y dirigirse al puerto. Bastantes metros antes de llegar veía desde la ventanilla del Taxi los tres majestuosos mástiles. Desde aquel momento se le empezó a acelerar el pulso.
Saludó a Jonathan el cual le mostró rápidamente todas las estancias del Falcón Maltés.
Carlos llegó a las diez de la mañana y hasta las dos de mediodía estuvo Jonathan explicándole todos los entresijos de la navegación.
A las cuatros del mediodía y ayudados por cuatro mozos del puerto, soltándoles las gruesas amarras zarpaban de Nueva York hacía Barcelona.























Capitulo 23



“La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas.” Alejandro Dumas



Volvía a ser feliz disfrutando del mar en ese impresionante velero con tres palos y todas las velas desplegadas a veinte nudos de velocidad, y navegando hacia las Canarias para dirigirse luego directamente a Formentera. Había cambiado de idea sólo salir del puerto de Nueva York Tardaría unos quince días, pero ya consideraba que podía descansar navegando, aunque tenía la certeza de que no podría descansar mucho, porque en el barco de ochenta y ocho metros no iba sólo.
Meg Ryan después de la película había decidido tomarse unas vacaciones. Y conociendo el que Carlos Belmonte regresaría a Barcelona a bordo del “Falcón Maltés” no le costó mucho convencer a Carlos Belmonte que la dejara acompañarla.
Carlos estaba en la gloria. En cubierta, en los sofás de popa sentado mientras Meg apoyaba su cabeza en el regazo de Carlos.
- Carlos, ¿sabes lo que creo?- preguntaba Meg
- No, ¿Cómo quieres que lo sepa?- Respondía Carlos
- Pues que el papel de Carlos Belmonte lo tenías que haber hecho tu…hubiera sido más autentico…
- ¡ Pero no compares! Si yo no tengo ni idea de actuar…
- Pero así piensa que hubiese interpretado mejor las escenas d sexo…- dijo Meg riéndose
En traje de baño y con un polo negro con un bordado blanco del halcón maltés. Y notando el viento húmedo en la cara
El barco alcanzaba a vela los veinte nudos. Abriéndose camino entre las grandes olas, parecían pequeñas al lado del Falcón Maltes
Carlos se levantó del mullido sofá de cuero blanco para dirigirse al mueble bar en donde se preparó un Gin tónic.

- ¿no conoces Formentera?- preguntó sonriendo pensando en el las cajas de Fertex que llevaba en su equipaje, regalo especial de Jane Godwill.
- No, pero estoy convencida que me gustará- contestó sonriendo Meg bebiendo un poco del Gin tónic de Carlos- por cierto Carlos, ¿no crees que este Gin tónic sabe un poco raro?

Carlos con ayuda de Jonathan activo todo el sistema automático de navegación. El Falcón se pilotaba desde la cabina del puente, desde una especie de joystick y numerosas pantallas de ordenador o ploters que controlaban todas las variables necesarias para optimizar la singladura. Angulo del rumbo respecto al viento, incidencia de las velas para ajustar todas las variables en cuanto a velocidad , grado de escora , radares , cambios de rumbo para evitar colisiones, controles de seguridad varios. Se parecía más a un juego de ordenador, simulador virtual que a la sensación de navegar. Todas las variables quedaban controladas.



Sí que por temas de seguridad, se optó por navegar a motor por las noches. Eso evitaba la escora del barco y permitía una total relajación. Se repartía las horas de guardia con Jonathan, con el que se iban alternando cada seis horas por la noche, a veces le acompañaba durante unas horas Meg.
Se cruzaron varios cargueros y algún petrolero, pero no iban por una ruta demasiado comercial para el tráfico marítimo por lo que los avisadores del radar, se relajaban durante horas.
Lo que si vieron en bastantes ocasiones fueron delfines, y algún grupo de ballenas en plena migración hacia el Sur. A medida que el Falcón Maltés se aproximaba a latitudes más cercanas a los trópicos las temperaturas se incrementaban por lo que el clima se convertía en caluroso.
No comían sentados, sino que se tomaban unos espectaculares aperitivos por la mañana y por la noche sí que cenaban en el salón de a bordo. Bueno en uno de ellos.
Aprovechaban las horas para leer, afición de la cual Carlos y Meg eran aficionados y que últimamente no se habían podido prodigar.
Hasta las Canarias tuvieron muy buena travesía, con vientos portantes y buena mar. Ahora les quedaba pasar el estrecho y rumbo a Formentera.
Pescaron una bonita pieza de atún rojo. Lo tomaron al estilo sushi, crudo y marinado con limón. Jonathan que sabía hacer de todo.
Pasaron por delante de Es Pujol hacia el puerto de La sabina a las ocho de la mañana del quince de marzo del 2008.
Estuvieron disfrutando de los espectaculares contrastes de azules del mar, de los chiringuitos con paella, de los Gin Tónic por la noche desde las playas, observando el Falcón Maltes fondeado a lo lejos.
Uno de los inconvenientes del Falcón Maltés era que debía fondear algo lejos de la playa, por el gran calado que tenía. Necesitaba siete metros de profundidad. Sin embargo la barca auxiliar era una fantástica lancha italiana de madera, una Riva.
“no esperaba menos” pensó Carlos cuando Jonathan la tiraba al agua desde las entrañas del barco por una puerta abatible que se abría por la popa.
La travesía fue una experiencia totalmente inolvidable
Llegaron al puerto de Barcelona, con un tiempo de perros el veintidós de marzo.
Meg decidió no quedarse en casa de Carlos. Debía volver a L.A. En quince días comenzaba el rodaje junto a Jonnhy Depp.
Carlos la acompañó al aeropuerto.
- Carlos, han sido las vacaciones más alucinantes de toda mi vida- le dijo Meg abrazándole justo antes de darle un espectacular beso en la boca.
- Yo también he disfrutado mucho. Además ya sabes lo bien que me ha ido en todos los sentidos…- Dijo Carlos sin querer hacer alusión a Gabriela
- Ya nos llamaremos algún día. Y si pasas por L.A. alguna vez, ya sabes…
- Ok Meg…

Y Carlos se dio la vuelta y se fue sólo hacia el parking de la Terminal B donde tenía aparcado su VW Tuareg. “Mejor así . No podría soportar otro desengaño amoroso”- pensaba Carlos intentando convencerse de que era la mejor opción.
Aunque en el fondo pensaba que él para Meg solo había sido un divertimento ocasional aprovechándose de ese entorno tan espectacular barco.





Capitulo 24

“Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.” Teresa de Calcuta


En su casa de Avenida Tibidabo, no acababa de estar cómodo. Le recordaba demasiado a Gabriela. La habían diseñado y decorado conjuntamente. Dejó de bajar al gimnasio del sótano donde realizaba sus ejercicios de recuperación. Sabía que ya no mejoraría más, y que la secuela de la cojera le acompañaría toda su vida.
Una mañana, leyendo la prensa Carlos se enteró de que Gabriela sufría un atropello mientras intentaba cruzar la calle de Paseo de Gracia. Murió.
Carlos asistió al funeral de Gabriela en el tanatorio de Sant Gervasi. Poca gente asistió. Fue muy triste, allí estaban en el primer banco Martina y Alejandro.
Al acabar el acto. Se fundieron en un abrazo con Carlos. Ellos habían sido muy felices el tiempo que estuvieron viviendo con Carlos en la casa de la Avenida del Tibidabo.
Martina le dio un sobre que contenía una carta de Gabriela.
Gabriela les había comentado a sus hijos que si le pasaba algo alguna vez le entregaran el sobre a Carlos Belmonte.
Cuando llegó a su casa, Carlos leyó la carta.

Querido Carlos,

Me gustaría que nunca leyeras esto. Porque querrá decir que ya no estaré en este mundo.
Te debo muchas explicaciones al respecto de nuestra relación.
En primer lugar, que tu has sido el amor de mi vida. ¿Qué fuerte no? Que después de haberte traicionado te diga esto ahora que ya no estoy…
Román es una persona terriblemente peligrosa. Si que debo reconocer que durante un corto tiempo tuve una relación sentimental con él, pero acabó siendo una amenaza. Es un personaje muy inestable. Que me ha pegado en varias ocasiones, y me ha amenazado con atentar contra mis hijos, si no hacía todo lo que el me iba indicando.
Para mi mis hijos son lo más importante de mi vida. No haría nada que pudiera poner en riesgo su integridad. Dicho esto, como puedes comprender el objetivo de Román era Fertex y si actué como actué era para que a mis hijos no les pasara nada. No tenía relación con él solo me utilizaba contra ti.
Yo accedía a todo lo que me decía porque también era la única manera de que no te matará para conseguir la formula de Fertex.
A Román le pude convencer de que era más fácil, ir vivir contigo y que te confiaras para conseguir el secreto de Fertex, que extorsionarte como hizo en su submarino. Sé que cuando ya no le sirva y tenga lo que quiera, o no pueda conseguir nada más me matará. Supongo que sus “chicos” lo harán de manera que parezca un accidente.
La mejor manera de que a ti no te pasará nada es que me odiaras con todas tus fuerzas. Era la única manera de hacerlo. Créeme. Pero siempre te he querido.
Cuando te escribí la carta, en la que te traicionaba te explicaba que en Exmon estábamos trabajando con un nuevo nombre el de Feromona. Sabía, que al indicarte el nombre tus abogados, es decir, los de Gates, podrían demostrar que Exmon estaba trabajando en la copia de Fertex. Como así fue. Y me alegré muchísimo por ello.



Que sepas que mis hijos te quieren muchísimo, y ahora que no estoy se irán a vivir con mi Juan ex marido, su padre. Pero sí que te pediría que de vez en cuando los fueras a ver. El ya sabe que irás. Está avisado que a mi me puede pasar cualquier cosa, pero que tu serás siempre bienvenido.
Y ahora debo de dejarte cariño. No te puedes imaginar lo que ha sido para mi corazón tener de prescindir de ti.
Siempre te querré.

Gabriela


Carlos Belmonte. Lloraba. Sentía una fuerte presión en el pecho, era el corazón. Tenía la desagradable sensación de que había sido el culpable de todo. Volvía a pecar de ingenuo. Como no se dio cuenta de ello. Gabriela era demasiado lista, pensaba nunca hubiera puesto el nombre de Feromona..
No daba crédito a lo que había leído. No podía ser cierto. La vida no podía haber sido más injusta. Todo lo que le había dado Fertex ahora se lo arrancaba de la peor de las maneras.
Carlos se emborrachó. No lo podía soportar. Entró en una depresión durante un mes.
Gracias a todos sus amigos, Ismael, y los doctores que le llevaban pudo ir superando esa depresión.
Cada día navegaba y eso era el único consuelo. El pensar que navegando estaba cerca de Gabriela. A su velero Nortwin de catorce metros lo bautizó como Gabriela.
Se compró una Harley Nighsteer 1200 cc. Como la que había tenido. Le encantaba. Aunque cojeara un poco, ahora si que podía cambiar de marchas y cambiar con el pie.
Y volvía a salir con Meg, que por entonces había acabado la película. Meg intentaba convencer a Carlos que se fuera a vivir con ella a L.A. Pero Carlos Belmonte no quería. Tenía demasiado apego a su mar Mediterráneo, a su casa de Avenida Tibidabo, a su Harley.
























Capitulo 25

El día mas bello: HOY
La cosa más fácil: EQUIVOCARSE
El mayor error: ABANDONARSE
La raíz de todos los males: EL EGOISMO
La peor derrota: El DESALIENTO
Los mejores maestros: LOS NIÑOS
La primera necesidad: COMUNICARSE
La mayor felicidad: SER ÚTIL A LOS DEMÁS
El regalo más bello: EL PERDÓN
Lo más imprescindible: EL HOGAR
La sensación más grata: LA PAZ INTERIOR
El arma más eficaz: LA SONRISA
El mejor remedio: EL OPTIMISMO
La fuerza más potente: LA FE
Los seres más necesitados: LOS PADRES
Lo más hermoso de todo: EL AMOR
MADRE TERESA DE CALCUTA





Navegaban en ceñida, no se veía costa por ningún lado. Ya estaban solos con el mar, el viento y ávidos de experiencias. Habían decidido pasar quince días en el Gabriela conociendo Formentera y la costa de Ibiza. A Carlos le fue relativamente fácil convencer a Juan, que dejará marchar a Martina y Alejandro. Los niños no dejaron a su padre tranquiló hasta que les autorizó.
A Meg no le costó demasiado convencerla.
- “No pienses en el Falcón Maltes” -le decía Carlos a Meg . 2No tiene nada que ver el Gabriela era una patera comparado”
- ¿Qué te piensas que no he ido nunca en velero pequeño?- le comentaba indignada Meg
- Nos lo pasaremos muy bien- le aseguraba Carlos
Llevaban cinco horas navegando y todavía tardarían otras diez como mínimo.
- ¡Mirar a proa!- gritó Martina señalando hacia adelante.

Y ahí estaban el grupo de cinco delfines jugando con el Gabriela. Saltando y sumergiéndose para luego volver a aparecer por el otro lado a la misma velocidad que el Gabriela, mientras el sol rojizo se ponía por el horizonte.

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